Este fenómeno consiste en la dispersión de la luz del infrarrojo por medio de diminutos granos de polvo en las regiones más densas de las nubes moleculares frías donde nacen las estrellas y los planetas.
Los científicos utilizaron datos del telescopio Spitzer de la NASA para medir la luz infrarroja desviada de los núcleos oscuros donde nacen las estrellas jóvenes y los sistemas planetarios. Este efecto denominado "brillo nuclear" ocurre cuando la luz estelar de las estrellas cercanas rebota en los núcleos revelando información acerca de su edad y su consistencia.
"Las nubes oscuras en nuestra galaxia, la Vía Láctea, son lugares grandes donde nacen las nuevas estrellas. Sin embargo, son tímidas y se esconden en una capa de polvo por lo que no podemos ver lo que sucede en el interior", señaló Laura Pagani del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de París. "Hemos encontrado una nueva manera de mirar dentro de ellas", señaló Pagani en un comunicado difundido por la NASA.
Pagani y su equipo observó por primera vez un caso de este fenómeno en 2009. El hallazgo constituye una nueva herramienta para estudiar no sólo el polvo que forman los núcleos oscuros, sino también para evaluar su edad.
Los núcleos más desarrollados de formación estelar tendrán granos de polvo más grandes, por lo que, utilizando esta herramienta, los astrónomos pueden asignar mejor sus edades a través de nuestra galaxia.
Este fenómeno también puede ayudar en la construcción de modelos tridimensionales de los núcleos y la luz de las estrellas que es desviada de manera que depende de las estructuras de las nubes.
Noticia publicada en EFE Google