La enorme tormenta se extendía más de 1.000 kilómetros desde Indiana hasta Nueva Jersey, llegando incluso hasta Carolina del Norte y afectando a decenas de millones de estadounidenses, acotó AFP.
Los meteorólogos registraron condiciones récord, con vientos de casi 90 kilómetros por hora y nevadas de hasta 96 centímetros (de espesor) cerca de Baltimore, Maryland.
La nieve derribó árboles y tendidos de electricidad, dejando a más de 350.000 personas sin energía eléctrica en los estados de Maryland y Virginia.
El experto Paul Kochin dijo que Maryland y Virginia están sufriendo lo peor de la tormenta, con las mayores caídas de nieve, y recordó que la región ya se vio afectada por una tormenta similar en diciembre. Los equipos de emergencia intentaban reparar los cortes de energía.
La Policía estatal respondió a unas 3.167 llamadas por ayuda, la mayoría por accidentes en rutas o carros abandonados.
Todos los vuelos fueron cancelados en el Aeropuerto Nacional Reagan, así como la mayoría de los vuelos en la terminal internacional de Dulles, aunque no se limitó el servicio en el aeropuerto internacional Baltimore-Washington.
La ciudad de Filadelfia, en Pensilvania, quedó con una capa de nieve de 68 centímetros, el segundo mayor registro de la historia, según los informes de la ciudad, mientras que en Wilmington, Delaware, cayeron 67 centímetros.
Mientras que, en el oeste del país la ferocidad de una tormenta tomó desprevenidos a los residentes y equipos de emergencia de la comunidad de Los Ángeles, donde 43 casas fueron dañadas por el barro y desechos del temporal.
Agua y barro inundaron las cuencas y se deslizaron con rapidez por las calles, arrastrando muebles, vehículos y verjas de hormigón; 70 casas tenían orden de evacuación, dijo AP.
Noticia publicada en El Universal (México)