El nitrógeno actualmente almacenado en la corteza y manto planetario pudo haber evitado que la Tierra se congelara en sus primeros años, sugieren científicos.
El estudio respalda la idea de que, en términos de escala de tiempo geológico, la presión atmosférica ayuda a regular el clima y la habitabilidad de planetas similares a la Tierra.
Cuando la Tierra nació hace más o menos 4.500 millones de años, el Sol era mucho más débil que ahora. Hace 2.000 millones de años, el todavía floreciente planeta recibía únicamente alrededor del 80% del calor solar actual. Esto ha sido suficiente para respaldar la evolución de la vida; pero si el equilibrio calorífico general de la joven Tierra era más o menos similar al actual, la pérdida de calor hubiera ocasionado que la mayoría del planeta se congelara profundamente.
Por qué no sucedió esto es un antiguo misterio conocido como la "paradoja del joven Sol débil". Ninguna de las soluciones previamente propuestas, incluyendo altas concentraciones de amoniaco y abundante dióxido de carbono, bastan para resolver la paradoja. Actualmente, Colin Goldblatt, miembro del Centro de Investigación Ames de la NASA (ubicado en Moffett Field, California) con estudios de posdoctorado, sugiere junto con sus colegas que el nitrógeno pudo haber sido el responsable.
El equipo examinó isótopos de nitrógeno en rocas y sedimento. El nitrógeno que solía formar parte de la atmósfera tiene distinta característica isotópica que el que siempre ha estado enterrado. Descubrieron que desde la Era Arcaica, hace más o menos 2.500 a 3.800 millones de años, gran cantidad de nitrógeno de origen atmosférico ha sido secuestrada biológicamente en rocas y sedimentos.
Utilizando su información, calculan que la corteza y manto de la Tierra guardan casi el doble del nitrógeno que actualmente se encuentra en el aire. La presión adicional de todo ese gas excedente pudo haber conservado la Tierra, en sus primeros años, lo suficientemente caliente como para escapar de la glaciación extrema, según informa el equipo de investigadores en Nature Geoscience.
"Nuestra inspiración fue Venus", dice Goldblatt. El planeta vecino de la Tierra con relación al Sol, que tiene un extremo clima de invernadero, tiene mucho más nitrógeno en su atmósfera que la Tierra.
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