Los investigadores responsables del artículo afirman que unos organismos minúsculos denominados Reduviasporonites surgieron y se propagaron por todo el planeta tras la llamada «Gran Mortandad».
Bajo la dirección del Imperial College de Londres (Reino Unido), se evaluó el contenido de carbono y nitrógeno de restos fósiles de Reduviasporonites y se clasificaron como un tipo de hongo cuyo nicho vital era la madera en descomposición y su hábitat el interior de árboles muertos.
Los investigadores, procedentes de Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos, emplearon un equipo de alta sensibilidad diseñado en parte para detectar polvo interestelar en meteoritos con el fin de obtener otra perspectiva de la firma geoquímica de los Reduviasporonites. Compararon sus resultados con los de hongos modernos y descubrieron que el Reduviasporonites y los actuales poseen características químicas semejantes.
Sus observaciones arrojan luz sobre una incógnita para la comunidad investigadora: ¿eran estos organismos minúsculos hongos o algas? Los autores del estudio indican que «la química orgánica, los isótopos de carbono y nitrógeno y las relaciones entre carbono y nitrógeno indican un origen fúngico».
Su descubrimiento también refuta la teoría de que un impacto de asteroide fuera el responsable de la destrucción masiva producida en toda Pangea, el supercontinente que existió durante el Paleozoico hasta el Mesozoico compuesto por todas las masas de tierra del planeta.
«Se considera [el hongo] una especie producto del cataclismo que se benefició de la extinción en grado sumo», explicó el profesor Mark Sephton del Centro de Investigación de Impactos y Astromateriales del Imperial College de Londres (Reino Unido). «Así se extendió por todo el planeta.»
Según los investigadores, los registros fósiles de Reduviasporonites presentan cadenas de células microscópicas, un indicio de que dichos organismos proliferaron durante el periodo Pérmico-Triásico, al que se atribuye la catástrofe planetaria más grave jamás sucedida en la Tierra.
Casi el 96% de las especies marinas y el 70% de las especies terrestres desaparecieron durante este periodo. Los datos muestran que el continente fue recorrido por ríos de lava basáltica (una roca volcánica dura y de color negro formada a partir de lava líquida) originados en lo que hoy es Siberia (Rusia).
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