La "magnetricidad" sólo existe dentro de un material cristalino especial llamado hielo de espín. La investigación, llevada a cabo en el Centro de Nanotecnología de Londres, es la primera que hace uso de los monopolos magnéticos que sólo existen en un material cristalino llamado hielo de espín.
Según los científicos -que publican su estudio en la revista Nature- lograron demostrar que los monopolos se juntan para formar una "corriente magnética" similar a la electricidad. El fenómeno, bautizado como "magnetricidad", podría ser usado en dispositivos de almacenamiento magnético o en computación, dicen los autores.
Monopolos
Los monopolos magnéticos (que son partículas hipotéticas que tendrían un solo polo magnético) fueron planteadas por primera vez hace más de un siglo como un análogo perfecto de las cargas eléctricas. Aunque hay protones y electrones con cargas eléctricas netas positivas y negativas, no hay partículas que transporten cargas magnéticas, porque cada imán tiene un polo "norte" y un polo "sur".
En septiembre pasado, dos grupos de investigación independientes informaron de la existencia de monopolos, "partículas" que transportaban una carga magnética general. Pero sólo existían en los cristales de hielo de espín. Estos cristales están formados de pirámides de átomos cargados, o iones, arreglados de tal forma que cuando son enfriados a temperaturas extremadamente bajas, los materiales muestran "bultos" pequeñísimos y discretos de carga magnética.
Las líneas de fuerza de un campo magnético puede verse en el arreglo de las limaduras de metal junto al imán. Ahora, uno de estos equipos -el del Centro de Nanotecnología de Londres- ha logrado demostrar que estas "cuasipartículas" de carga magnética pueden moverse juntas formando una corriente magnética como la corriente eléctirca que se forma al mover electrones.
Lo lograron usando partículas subatómicas llamadas muones, creadas en el Centro ISIS del Consejo de Ciencia y Tecnología cerca de Oxford, Inglaterra. Los muones se descomponen millonésimas de segundo después de ser producidos en otras partículas subatómicas. Pero la dirección en que vuelan las partículas resultantes es un indicador del campo magnético en una pequeña región alrededor de los muones.
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