La receta clásica para petróleo y gas natural es realmente simple: tome restos animales o vegetales, sepúltelos bajo capas de tierra, incremente la presión y temperatura y ponga un cronómetro muy, muy largo. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que la Tierra podría estar cocinando los mismos productos terminados utilizando sustitutos.
Emulando las condiciones extremas existentes en las profundidades de la Tierra, los científicos han creado las cadenas de carbono e hidrógeno que constituyen los así llamados combustibles fósiles –en ausencia de fósiles–.
La hazaña podría revitalizar una teoría no ortodoxa que afirma que la Tierra podría tener cantidades importantes de combustible abiótico, o carente de vida, muy por debajo de las reservas petroleras convencionales. No obstante, los expertos advierten que, aun con la existencia de esas reservas, su explotación comercial podría ser un reto.
La mayoría del petróleo proviene actualmente de depósitos que están entre 5 y 8 kilómetros de profundidad. Pero Vladimir Kutcherov y sus colegas querían saber si se podían formar combustibles fósiles donde no existe materia orgánica; en el manto superior, entre 64 y 153 kilómetros bajo tierra.
Como materia prima, el equipo inició con metano –componente del gas natural– producido previamente en laboratorio a partir únicamente de agua y minerales. Los científicos aprisionaron el metano “artificial” entre dos diamantes y lo calentaron con un láser para recrear las condiciones que se piensa que existen en el manto de la Tierra –aunque con un “tiempo de cocción” mucho más breve del que se necesitaría en la naturaleza–.
La técnica de laboratorio creó presiones 20.000 veces mayores que las del nivel del mar, así como temperaturas que superaban los 2.240 grados F. Bajo esas condiciones, el metano reaccionó y produjo una mezcla de etano, propano, butano, hidrógeno molecular y grafito. “No se trata de una mezcla artificial de hidrocarburos”, dice Kutcherov, del Instituto Real de Tecnología de Suecia. “Esta mezcla es muy similar a la composición del gas natural”, precisa.
El etano de laboratorio sometido a las mismas temperaturas y presiones produjo metano, según informa el equipo de investigadores en la versión en Internet de la revista Nature Geoscience . Lo reversible sugiere que en las profundidades del manto de la Tierra podría estar gestándose un ciclo de producción de hidrocarburos, afirma Kutcherov.
¿Nueva fuente energética? El estudio enfrenta la controvertida visión de que en las profundidades de la Tierra yacen reservas de petróleo provenientes únicamente de minerales y agua, propuesta originalmente por geólogos soviéticos en los 50. Algunos científicos han sugerido, incluso, que la materia de esas reservas profundas ocasionalmente migra hacia la superficie, ayudando posiblemente a reabastecer los campos petroleros conocidos. Henry Scott, de la Universidad South Bend de Indiana, fue miembro de un equipo que en el 2004 fabricó metano inorgánico a partir de mármol bajo condiciones simuladas de “profundidad terrestre”. La producción de hidrocarburos más pesados a partir de metano es un “gran avance”, dice Scott, que no formó parte del nuevo estudio.
El trabajo facilita las probabilidades de que se formen algunos hidrocarburos abióticos en las profundidades. Sin embargo, según advierte, hay poco que sugiera que cantidades comercialmente significativas de petróleo, gas y otros hidrocarburos tengan orígenes libres de fósiles. “Simplemente, hay un cuerpo de evidencias abrumador que sugiere que (los depósitos comerciales) se forman de la descomposición de cosas alguna vez vivas”, destaca.
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