La velocidad de la luz, una de las más importantes constantes conocidas del Universo, pudo ser algo inferior hace dos mil millones de años, según se desprende de una antigua fuente de información, el reactor natural de Oklo, que hasta ahora avalaba la constancia de la velocidad de la luz.
La sorpresa ha surgido cuando investigadores de la Universidad de California trataban de medir con más precisión la constante de estructura fina, también conocida como alpha. Esta constante fina o alpha es la que relaciona la velocidad del electrón en el estado más bajo de energía del átomo de hidrógeno, con la velocidad de la luz. La estructura fina es una de las constantes fundamentales del Universo, junto a la que describe la relación de masa del electrón con la del protón y junto a la que relaciona la fuerza gravitacional con la eléctrica.
Sobre estas constantes fundamentales se han elaborado tanto la relatividad restringida como la relatividad general y la teoría cuántica, que son las que describen el conjunto de partículas y campos conocidos. Por ello, cualquier variación en una de estas constantes tendría gran trascendencia para la física actual.
El parámetro alpha
Al revisar los datos ofrecidos por el reactor Oklo con un espectro de información que los autores denominan “más realista”, las cifras obtenidas para esa constante de estructura fina sugieren que el parámetro alpha ha disminuido respecto a hace 2.000 millones de años. La idea de que la velocidad de la luz es constante proviene de la medida del parámetro alpha, cuya variación, para muchos físicos, significa un cambio de la velocidad de luz.
Hasta ahora, los físicos que se oponen a aceptar cualquier variación en la velocidad de la luz se basan, entre otras fuentes, en la información facilitada por el reactor nuclear natural que fue encontrado en 1972 en Oklo, Gabón, África Occidental. Este yacimiento de uranio, que abarca una superficie de aproximadamente 35.000 km2, se puso en funcionamiento hace casi 2.000 millones de años, cuando diversas reacciones nucleares se originaron espontáneamente en esa región africana, generando calor de la misma forma que lo hacen las actuales centrales nucleares.
Ligera variación
Los análisis realizados hasta ahora sobre los isótopos radiactivos de Oklo habían determinado que las reacciones nucleares de hace 2.000 millones de años eran iguales a las de hoy, lo que significaba que la constante alpha también era la misma y, por ende, que la velocidad de la luz era también constante.
Sin embargo, el nuevo estudio sobre los datos de Oklo ofrece datos más precisos que los disponibles anteriormente, señalando que la constante alpha ha disminuido en más de 4,5 partes en 10 elevado a 8 desde que surgió el reactor natural, lo que en principio supone que la velocidad de la luz ha variado también ligeramente respecto al valor de hace 2.000 millones de años.
Los resultados de esta investigación se publican en Physical Review D, donde el abstract está disponible en Internet, si bien una versión libre de este artículo está publicada en Arxiv. La revista Newscientist también ha dedicado un artículo a este descubrimiento.
La comunidad científica ha reaccionado de diversa forma ante el descubrimiento, que aún necesita ser confirmado por otros experimentos antes de que pueda afirmarse categóricamente que la velocidad de la luz es variable.
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