Se trata de los fenómenos más brillantes y energéticos de todo el Universo y su origen es motivo de controversia. Los GRB (del inglés Gamma Ray Burst) surgen cuando un agujero negro invade una estrella vecina y la devora rápidamente desde su interior. Los GRB son intensas emisiones de rayos gamma, parecidas a las que se pueden registrar después de una explosión nuclear, pero infinitamente más intensas. Suelen proceder de estrellas muy masivas durante sus últimos instantes de existencia. Según la explicación convencional, los estallidos de rayos gamma se producen cuando, en el momento de su colapso, una legión de neutrinos calienta el plasma del disco de materia que se forma alrededor de la estrella moribunda
Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Leeds ha ofrecido una explicación alternativa al origen de los GRB: los letales chorros de rayos gamma proceden directamente del interior de agujeros negros en el momento de «invadir» una estrella vecina y devorarla por completo. La idea se basa en recientes observaciones realizadas con el satélite Swift y que son incompatibles con la explicación estándar de los neutrinos.
Más bien se trata, según los científicos, de un orígen electromagnético de los chorros, un campo causado por la rápida rotación del agujero negro y cuya fuerza haría las funciones de una especie de «acelerador» para el GRB. El modelo propuesto no podría funcionar si el origen de la emisión gamma fuera un único cuerpo (una gran estrella) en el momento de su colapso. Necesita de un sistema binario (formado por dos estrellas) uno de cuyos miembros sea un agujero negro. Y que ese agujero negro, además, como un auténtico parásito espacial, penetre en la estrella normal, la destroce con su enorme fuerza gravitatoria y, finalmente, la devore desde dentro.
«El modelo basado en neutrinos no puede explicar chorros de rayos gamma muy duraderos (la duración de un GRB oscila entre pocos segundos y varias horas), pero el mecanismo magnético sí -afirma el profesor Komissarov, de la Escuela de Matemáticas de la Universidad de Leeds-. Nuestro conocimiento sobre la cantidad de materia que se acumula alrededor de un agujero negro y la velocidad de rotación de una estrella nos permite calcular cómo de grandes y prolongados serán estos estallidos. Y los resultados de nuestro modelo se adaptan muy bien a las observaciones de GRB realizadas por satélite».
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