Este pequeño satélite de forma cuadrada ha sido bautizado como el “Chasqui I” y se viene fabricando con tecnología espacial aplicada en un aluminio capaz de resistir las extremas temperaturas del espacio, que van desde los 40 grados bajo cero y los 100 grados Celsius.
Al no existir en el Perú una plataforma de lanzamiento, este nanosatélite de un kilo de peso será puesto en órbita desde territorio extranjero, estando muy avanzadas las conversaciones con la Universidad de Kursk de Rusia, que pondría la infraestructura para concretar el ascenso.
Se espera que el nanosatélite peruano sobreviva por lo menos dos meses en órbita, y una vez en el espacio será capaz de dar una vuelta completa a la tierra en sólo una hora, explicó la directora del Centro de Tecnologías de Información y Comunicaciones de la UNI, Doris Rojas.
Detalló que, a diferencia de los grandes satélites artificiales que navegan por el espacio, cuyo costo oscila entre los 15 y 50 millones de dólares, este nanosatélite y todo el proyecto para su entrada en órbita demandará una inversión que no supera los 200 mil dólares americanos.
"La nanotecnología ingresa al mundo para demostrar que, con pocos recursos y mucha inteligencia, podemos desarrollar cambios en el planeta. Con estas inversiones podremos hacer estudios más específicos”, manifestó la ingeniera, en diálogo con la agencia Andina.
Este pequeño y sofisticado aparato, que funcionará con energía solar, contará en uno de sus lados con una potente cámara fotográfica que enviará las imágenes captadas hacia una estación terrestre de control satelital, que se instalará en el campus de la citada universidad.
Este proyecto es posible gracias al trabajo conjunto de especialistas de la UNI en diferentes especialidades como ingeniería mecatrónica, de sistemas, industrial, además de físicos, químicos, matemáticos, entre otros profesionales altamente calificados.
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