Así lo informó el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en un comunicado en el que señala que, gracias a esta investigación, se han descubierto grandes concentraciones de carbono alrededor de nebulosas planetarias situadas en el centro de la Vía Láctea.
Las nebulosas planetarias son objetos gaseosos que se forman cuando una estrella, al llegar al final de su vida, expulsa sus capas externas. Según el IAC, aunque estrellas con una sobreabundancia extrema de carbono ya habían sido detectadas en otras regiones de la galaxia, nunca se había encontrado este elemento en el núcleo galáctico.
El comunicado indica que la presencia de carbono en nebulosas planetarias, pero no en otras estrellas viejas y de baja masa que también habitan el bulbo galáctico, sugiere la existencia de cambios químicos significativos durante los últimos momentos de la vida de estas estrellas.
Un equipo de científicos, compuesto por los investigadores españoles Aníbal García Hernández (IAC), José Perea Calderón y Pedro García Lario (Agencia Espacial Europea), analizó los espectros de 40 nebulosas planetarias utilizando el espectrógrafo infrarrojo del telescopio espacial Spitzer.
Los resultados revelaron grandes cantidades de silicatos cristalinos e hidrocarburos aromáticos policíclicos, sustancias que indican la presencia de oxígeno y carbono, respectivamente. Según José Perea, esta combinación es muy inusual, ya que, en la Vía Láctea, el oxígeno y el carbono juntos suelen encontrarse únicamente en el polvo que rodea sistemas binarios de estrellas.
Este hallazgo en el bulbo galáctico, según Perea, ofrece nuevas perspectivas para comprender la evolución química de la galaxia.
El comunicado también detalla que, a medida que las estrellas envejecen, queman elementos cada vez más pesados, desde el hidrógeno hasta el hierro. Durante este proceso, algunas estrellas se expanden hasta convertirse en gigantes rojas, volviéndose inestables y, finalmente, expulsando al espacio las capas externas de su atmósfera.
Estos residuos, explica Aníbal García, son los "ladrillos" con los que se forman nuevas estrellas y planetas, incluida la Tierra, y cualquier forma de vida que pueda existir en el Universo.
Noticia publicada en ADN (España)