Los investigadores han descubierto en un estudio con sangre de cordón umbilical de niños de la ciudad de Nueva York un posible marcador biológico, una alteración epigenética en el gen ACSL3, asociado con la exposición prenatal a los hidrocarbonos aromáticos policíclicos (PAH, según sus siglas en inglés).
Estos componentes químicos son subproductos de la combustión incompleta de los combustibles que contienen carbono, dando lugar a niveles elevados en las áreas con mucho tráfico. La exposición a los PAH han sido vinculados a enfermedades como el cáncer y el asma infantil.
Los investigadores señalan que este descubrimiento proporciona una posible pista para predecir el asma asociado al ambiente en niños, en particular aquellos nacidos de madres que vivían en áreas con mucho tráfico como el norte de Manhattan y del sur del Bronx cuando estaban embarazadas.
Los científicos estudiaron la relación entre la exposición prenatal a PAH y el asma infantil planteando la hipótesis de que la exposición trasplacental al PAH podría "reprogramar" los genes del feto y conducir a una inflamación de las vías respiratorias o asma durante la infancia. La reprogramación epigenética es el resultado de la interacción de los genes del organismo con el ambiente.
Según explica Shuk-mei Ho, responsable del estudio, "nuestros datos apoyan la idea de que las exposiciones ambientales pueden interactuar con los genes durante los periodos de desarrollo clave para desencadenar el inicio de la enfermedad en años posteriores y que los tejidos se reprograman para volverse luego anormales".
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