Además, este banco ha contribuido a configurar un "archivo" de información genética de las especies y sus variedades que permite el intercambio de información con otras instituciones científicas, ha indicado a EFE el director de la estación biológica de Torretes-Font Roja del CIBIO, Segundo Ríos.
Según Ríos, el material genético que se ha analizado en las plantas cuyas semillas se conservan en el banco facilita la identificación de "los principios activos" que, posteriormente, son aplicables a la industria farmacéutica, por ejemplo.
El análisis de las propiedades se realiza "en vivo", es decir, en la planta cultivada, de la que luego se extraen las semillas.
El banco de semillas del CIBIO contiene unas 1.000 simientes de unas 400 especies, que se conservan en cámaras congeladoras a 20 grados bajo cero, después de haber sido sometidas a un proceso de extracción de la humedad.
Entre las especies que se conservan en ese banco destacan la "Artemisa arboleste", que ataca los parásitos intestinales; la "Ruda graveolens", que regula la menstruación y es recomendable para las mujeres que entran en la menopausia, o el "Dictamnus hispanicus", que se utiliza en la elaboración de licores de hierbas, al ser un buen digestivo.
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