El equipo opina que su trabajo podría permitir la corrección de una serie de errores que se dan en los modelos climáticos actuales. Los descubrimientos facilitarán a los científicos la predicción del cambio climático, afirmaron.
Las nubes estudiadas por los científicos se conocen como estratocúmulos marinos, y normalmente se forman junto a los continentes en los que aflora a la superficie agua fría de las profundidades marinas, según indicó el equipo en un comunicado. El aire de la superficie se enfría y comienza un proceso de condensación y de formación de nubes. El aire caliente que desciende sobre la región cubre estas nubes, añadieron.
Estas nubes, cuya superficie es en ocasiones más grande que la de Estados Unidos, pueden ejercer un impacto en el clima global debido a su efecto de espejo: reflejan la luz del sol enviándola de vuelta al espacio y reducen la cantidad de energía que alcanza la superficie del planeta, indicó el equipo. También mantienen el océano que hay por debajo de ellas a una temperatura relativamente fresca. Esta situación puede tener repercusiones imprevisibles en el clima global y afectar a la cantidad de calor transportada a la región.
Durante los meses que duró el estudio, los científicos se dedicaron a desvelar cómo y por qué se forman estas nubes. La información recabada ayudará al equipo de investigadores a componer una representación de este tipo de nubes en los modelos climáticos globales.
«Este sistema de nubes es uno de los más grandes del planeta y sabemos que su importancia en el cambio climático debe ser grande, pero también sabemos que los modelos climáticos no son precisos en su representación», explicó el profesor Hugh Coe del Centro Nacional para la Ciencia Atmosférica. «Esta campaña supone una estupenda oportunidad para realizar mediciones de gran precisión en un entorno único e introducirlas en los modelos climáticos más modernos», añadió el director del proyecto. «Trabajando codo con codo con la Met Office [Oficina Meteorológica] y varias universidades, confiamos en derribar algunas de las incertidumbres de los modelos climáticos actuales.»
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