En nuestro mundo cotidiano, llamado clásico, los objetos complejos son manufacturados a partir de piezas, y es únicamente cuando todas ellas han sido producidas, que se ensamblan para completar el objeto; este es el caso de la fabricación de vehículos, por ejemplo, un proceso mediante el cual se actúa sobre cada parte individualmente para después, al acoplarlas, completar el automóvil.
No obstante, al intentar reducir una operación cuántica global sobre las partes a una serie de operaciones secuenciales, se observa que este proceso es en general imposible, pues las leyes fundamentales que rigen la Física impiden que ello pueda llevarse a cabo. Y es que el mundo cuántico obedece a una intuición diferente, allí las partículas pueden adoptar una propiedad y su contraria... de manera simultánea.
El equipo internacional y multidisciplinario alrededor de este resultado está formado, además del profesor Solano, por investigadores del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica; el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); la Universidad Complutense de Madrid; y la Universidad Antonio de Nebrija.
Para Solano y sus colegas, este resultado representa una sorpresa agradable, pues el objetivo inicial del proyecto no era encontrar una prohibición fundamental, sino la clasificación de las operaciones cuánticas globales que pudieran ser reducidas a pasos secuenciales. La Física Cuántica, concluyen los investigadores, prohibiría la utilización de criterios industriales clásicos en el mundo microscópico.
Este hallazgo, publicado en la revista Physical Review Letters, permitirá avanzar en la comprensión de la forma en que las partes intercambian información cuántica de forma secuencial en el mundo microscópico
Noticia publicada en Basque Research (España)