El hallazgo tuvo lugar en Alit-Yam, un antiguo asentamiento neolítico cerca de Haifa, en Israel, y fue realizado por expertos de la Universidad de Londres y la Universidad de Tel-Aviv.
Según los científicos británicos e israelíes, los huesos habían estado sumergidos en el Mediterráneo por 9.000 años (Alit-Yam está localizado dentro de una marisma y las sepulturas quedaron envueltas en barro y eventualmente cubiertas por una gruesa capa de arena y agua salada).
Esto, señalaron los investigadores, evitó que los huesos se deterioraran y ofreció un ambiente ideal para la preservación de los esqueletos y su ADN, lo que permitió confirmar la bacteria de tuberculosis en los restos.
El descubrimiento, que aparece publicado en la revista de la Biblioteca Pública de Ciencia PLoS One, confirma que esta enfermedad es 3.000 años más antigua de lo que se pensaba.
Tal como explicaron los científicos, el tamaño de los huesos del bebé y la extención del daño causado por la tuberculosis, sugiere que la madre pasó la enfermedad al bebé poco después del nacimiento.
En los análisis del ADN de los huesos los investigadores encontraron la Mycobaterium tuberculosis, la bacteria que causa la TB.
Noticia completa en BBC News (Reino Unido)