La mirada insana de Jack Nicholson en El resplandor contribuyó a popularizar la llamada fiebre de las cabañas, un presunto ataque de locura que sufren quienes quedan atrapados en lugares remotos y que les induce a agredir a sus compañeros.
Aunque no existe un síndrome definido como tal, la posibilidad de que el aislamiento destroce la cordura de los astronautas sale a relucir cuando se plantea el futuro de la exploración espacial.
Pero según científicos rusos, el riesgo en este caso no se limita al estrés psicológico, sino que podría existir además un factor biológico: los investigadores han comprobado que las ratas privadas del magnetismo terrestre desarrollan agresividad y otras alteraciones de conducta.
Los científicos construyeron un habitáculo en el que redujeron mil veces el campo magnético terrestre. En su interior mantuvieron a 12 ratas durante 35 días, dejando a un grupo similar en condiciones normales como control del experimento, según informa la agencia rusa RIA Novosti.
La directora del Instituto de Biología y Biofísica de la Universidad de Tomsk, Natalya Krivova, señala que el primer efecto que observaron en los animales magnéticamente aislados fue un aumento de la agresividad.
Noticia publicada en Público (España)