La velocidad de la luz, una de las más importantes constantes conocidas del Universo, pudo ser algo inferior hace dos mil millones de años, según se desprende de una antigua fuente de información, el reactor natural de Oklo, que hasta ahora avalaba la constancia de la velocidad de la luz.
La sorpresa ha surgido cuando investigadores de la Universidad de California trataban de medir con más precisión la constante de estructura fina, también conocida como alpha.
Esta constante fina o alpha es la que relaciona la velocidad del electrón en el estado más bajo de energía del átomo de hidrógeno, con la velocidad de la luz. La estructura fina es una de las constantes fundamentales del Universo, junto a la que describe la relación de masa del electrón con la del protón y junto a la que relaciona la fuerza gravitacional con la eléctrica.
Sobre estas constantes fundamentales se han elaborado tanto la relatividad restringida como la relatividad general y la teoría cuántica, que son las que describen el conjunto de partículas y campos conocidos. Por ello, cualquier variación en una de estas constantes tendría gran trascendencia para la física actual.
El parámetro alpha
Al revisar los datos ofrecidos por el reactor Oklo con un espectro de información que los autores denominan “más realista”, las cifras obtenidas para esa constante de estructura fina sugieren que el parámetro alpha ha disminuido respecto a hace 2.000 millones de años.
La idea de que la velocidad de la luz es constante proviene de la medida del parámetro alpha, cuya variación, para muchos físicos, significa un cambio de la velocidad de luz.
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