La NASA, que festeja sus 50 años, amplía su horizonte de vuelos tripulados con el programa Constelación, que prevé regresar a la Luna y viajar desde allí a Marte, tras 25 años manteniendo al transbordador en órbita baja y gracias a la construcción de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Esta nueva dirección en la política de exploración espacial resultó de la catástrofe del transbordador Columbia el 1 de febrero de 2003, que costó la vida a siete astronautas.
Las conclusiones del informe de la comisión de investigación del accidente, divulgadas en agosto de 2003, estiman que "los responsables nacionales fallaron en sus responsabilidades al no haber reemplazado el programa de transbordadores viejos".
El documento concluyó además que la Casa Blanca no ofrecía una "visión estratégica" que guiara las actividades espaciales civiles estadounidenses.
Columbia fue la segunda tragedia del programa espacial estadounidense tras la pérdida del Challenger en 1986 y la muerte de sus siete tripulantes.
Menos de seis meses después del informe del Columbia, el 14 de enero de 2004, el presidente estadounidense George W. Bush anunció su "Visión de exploración espacial", que consistía en un retorno de los estadounidenses a la Luna para 2020, con el establecimiento de pequeñas colonias lunares y la posterior preparación de misiones tripuladas a Marte, y también más allá en el Sistema Solar.
Este proyecto fue bien acogido por la comunidad espacial y el Congreso, que votó un aumento del presupuesto de la NASA para su financiación.
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