Apenas unas cuantas casas victorianas apretujadas alrededor de un castillo medieval, calles con escasísimas aceras que hacen que sus 16.000 educadísimos habitantes tengan que saludarse y excusarse cada vez que se cruzan. Eso es Lewes. Un diminuto pueblo al sur de Inglaterra, a apenas una hora de Londres. Un lugar tan tranquilo como idóneo para comenzar una revolución.
Así lo creyó Thomas Paine en su día cuando vivió aquí y fraguó sus ideas republicanas que, más tarde, en América convirtió en revolución y plasmó en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Y así lo han considerado los actuales habitantes de Lewes que desde este martes han cambiado la cara de la Reina de Inglaterra por la de Thomas Paine en sus billetes.
Este pueblo ha estrenado su propia moneda esta semana, el Lewes Pound. El objetivo es esquivar la crisis crediticia mundial, revitalizar el comercio local y, de paso, ser un pueblo más sostenible e independiente. Thomas Paine ilustra los nuevos billetes, toda una declaración de principios.
Ayer por la tarde Miriam Miklaszewska compraba un zumo y algo de bollería en una pastelería de Lewes. "Además son preciosos, ¿no crees?" decía a la dependienta mientras le entregaba cinco de las nuevas libras. Miriam vive en Eastbourne, una localidad vecina, pero trabaja en este pueblo. "Creo que usar los Lewes Pounds, es algo muy sencillo de hacer y que ayuda a mejorar el pueblo", comentaba. "Creo que va ayudar mucho al comercio local, pero necesita de la implicación de todos", aseguraba la propietaria de la pastelería que desde ésta semana ha colocado una pegatina en el escaparate que identifica a su tienda como uno de los 70 establecimientos que aceptan la libra local como forma de pago.
Paridad con la libra esterlina
La libra de Lewes se canjea al mismo valor que la esterlina y en ningún caso la sustituye como divisa oficial, de hecho sólo puede ser utilizada dentro del municipio, y no tiene estatus de "curso legal", pero según el Banco de Inglaterra ésta "puede ser utilizada como forma de pago siempre que estén de acuerdo las partes implicadas".
Por este motivo los comercios que la acepten deben identificarse claramente, entre los 70 locales hay de todo: cafeterías, tiendas de alimentación, librerías, tiendas de regalos, ropa, muebles, deportes, pintura, fotografía, etc.
También están implicados granjeros y productores locales. La idea también es lograr ser un lugar más sostenible y depender menos de las energías fósiles, por eso si los productos que se consumen y se compran son originarios del la región se reducirán también los costes de transporte y las emisiones de CO2 o la dependencia energética. La libra de Lewes pretende promover también la sostenibilidad y no depender de los vaivenes de la economía global. "No es un proceso apocalíptico o independentista, simplemente es una forma original y optimista de relanzar la economía local y de impactar en la sensibilidad de los ciudadanos y hacerles reflexionar sobre la forma en la que se gastan el dinero" remarca Oliver Dudok van Heel, uno de los cabecillas de la plataforma ciudadana por la libra de Lewes.
Noticia completa en La Vanguardia (España)