Un estudiante de ingeniería informática de la Universidad de California ha desarrollado un sistema que permite a un usuario controlar la velocidad de reproducción de un video sin usar ningún interfaz, únicamente merced a las expresiones de su rostro. El sistema regula la velocidad de reproducción de una videoconferencia en función de las reacciones del rostro del usuario, según sean de aburrimiento o interés, y así optimiza el aprendizaje. El sistema tendrá importantes aplicaciones pedagógicas, tanto en sistemas de tutorización inteligente como en el ámbito general de la enseñanza.
Los hallazgos presentados durante el pasado junio por el brillante joven Jacob Whitehill, que realiza actualmente sus estudios de doctorado en informática en la Escuela Jacob de Ingeniería (Universidad California, San Diego, UCSD), incluyeron una pasmosa y espectacular demostración: sin pulsar ningún botón, sin ningún mando a distancia ni cualquier otro tipo de instrumento de control en sus manos, la velocidad de reproducción de un vídeo se modulaba según sus deseos en menos tiempo del que se tarda en pronunciar la palabra PLAY gracias a las expresiones de su rostro. Es decir, en tiempo real, ya que la respuesta del aparato tiene lugar antes de que dichos deseos se conviertan en una orden.
Tal como explica la citada universidad en un comunicado, lo que hay detrás de todo ello se llama: reconocimiento de la expresión facial, y no constituye ningún misterio en el ámbito de diversas disciplinas, entre ellas la informática, la pedagogía e incluso la teoría de la evolución, que no peregrinamente viene a colación ya que fue Darwin el primero en dar cuenta de la similitud, y posible universalidad, de las expresiones no verbales en individuos de muy diferentes culturas, aunque los estudios sistemáticos concernientes a la expresión facial hubieran de esperar casi un siglo. Los llevaron a cabo Paul Ekman y Wallace Friesen.
Noticia completa en Tendencias 21