Estos son sólo algunos de los nuevos descubrimientos de la nave espacial MESSENGER) de la NASA, la cual sobrevoló Mercurio el 14 enero de 2008. Los resultados están descriptos en una serie de 11 artículos publicados en un número especial de la revista Science, el 4 de julio.
Seis de los artículos en Science proporcionan información sobre estudios de la superficie del planeta (sus colores, la mineralogía y la forma de su terreno). Por ejemplo, la imagen con los colores resaltados que se muestra abajo revela evidencia de respiraderos volcánicos ubicados a lo largo de los márgenes de la Cuenca Caloris, una de las cuencas más grandes y más jóvenes del sistema solar, creadas por impactos.
Los datos proporcionados por MESSENGER sugieren otra cosa: el campo de Mercurio parece ser generado por una dínamo activa en el núcleo del planeta. No es un vestigio.
Las mediciones llevadas a cabo por MESSENGER indican que, al igual que en la Tierra, el campo magnético de Mercurio es básicamente dipolar, lo cual significa que tiene un polo magnético norte y uno sur", dice Brian Anderson, autor principal de la investigación, en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins), en Laurel, Maryland. "El hecho de que sea dipolar, y de que no hayamos encontrado anomalías a longitudes de onda más cortas, lo que significaría parches de corteza magnética, respalda la idea de que estamos viendo una dínamo moderna. Estamos ansiosos por el próximo vuelo de inspección que se realizará en octubre y también por el año que la nave estará en órbita para ver si éste es el caso en todo el planeta y confirmar que el campo proviene del núcleo".
El núcleo de Mercurio compone el 60% de su masa, lo cual es al menos dos veces más grande que en cualquier otro planeta. El enfriamiento de este gigantesco núcleo ha llevado a una notable contracción del planeta, revelándose así en forma de "arrugas" parecidas a precipicios, que se conocen como lóbulos escarpados.
La exosfera de Mercurio es increíblemente activa
El vuelo de investigación también realizó las primeras observaciones de partículas cargadas en la incomparable exosfera de Mercurio. La exosfera es una atmósfera ultradelgada donde las moléculas están tan separadas que es más fácil que choquen contra la superficie que entre ellas. El material en la exosfera proviene principalmente de la propia superficie de Mercurio, golpeada por la radiación, por el viento solar y por la vaporización de meteoroides.
Thomas Zurbuchen, de la Universidad de Michigan, explica: "La magnetosfera de Mercurio está llena de muchos tipos de partículas cargadas, tanto atómicas como moleculares. Lo que en algún sentido es una "nebulosa de plasma de Mercurio" es mucho más rica en complejidad y estructura que el toro de plasma de Io, en el sistema de Júpiter". La composición de la nebulosa no corresponde a la del viento solar, lo cual lleva a los investigadores a la conclusión de "que ese material proviene de la superficie del planeta. Esta observación significa que este vuelo de reconocimiento consiguió dar la primera mirada a la composición de la superficie".
Noticia publicada en Diario de Alcorcón (España)