Los investigadores de la Universidad de Brown han analizado los datos de la nave de reconocimiento Mars Reconnaissance Orbiter. Según sus estudios, muchas regiones marcianas estuvieron llenas de agua durante el período Noachian, hace más de 3.000 millones de años. El agua llegaba entonces hasta los 5 kilómetros de profundidad.
La investigación, publicada en la revista Nature, demuestra que pudo albergar vida microorgánica. Así lo prueban unos minerales llamados filosilicatos, un tipo de arcillas que se han encontrado en los restos del periodo Noachian de las regiones montañosas del sur del planeta.
Otra razón que hace que los científicos piensen que hubiera vida en Marte es que los filosilicatos se formaron a una temperatura muy baja, de 100 a 200 grados centígrados. Un mapa del planeta rojo indica que hay regiones ricas en estos minerales, aunque se limitan a terrenos antiguos y a una banda estrecha de elementos: hierro, magnesio y esmectitas de aluminio.
La Mars Reconnaissance Orbiter no sólo ha encontrado cientos de muestras de estos minerales sino la prueba de que fueron transportados por el agua. En concreto, en el cráter Jezero se han descubierto dos deltas y los científicos aseguran que existió un lago de grandes dimensiones y unas corrientes acuáticas de 15.000 kilómetros cuadrados.
Con las pruebas sobre la existencia de agua y su transporte de sedimentos, los investigadores sugieren que los deltas habrían sido el lugar idóneo para el desarrollo de vida en Marte.
Noticia publicada en El Diario Exterior