Un nuevo software es capaz de diferenciar de un modo rápido y preciso las señales provenientes de las bandadas de pájaros o de los enjambres de insectos. Este problema no quedaba bien resuelto en otros intentos hechos mediante otros dispositivos o técnicas. El adelanto es muy importante para el trabajo de los controladores aéreos, ya que las colisiones de los aviones con los pájaros pueden dañar gravemente el aparato, sobre todo cuando éstos son pequeños, y constituyen un problema grave (y muy caro) de seguridad.
El radar y los rayos infrarrojos detectan actualmente la presencia de pájaros e insectos, pero por ejemplo, son incapaces de decir cuando un pájaro es grande y, potencialmente, más peligroso para una aeronave.
La colisión de las aves contra aviones suele ocurrir a altitudes bajas, sobre todo cuando las naves están cerca de los aeropuertos. El Central Science Laboratory del Reino Unido estima, según informa NewScientist, que este hecho cuesta a las líneas aéreas en todo el mundo 12.000 millones de dólares anualmente en reparaciones y periodos de inactividad de los aviones.
La última colisión grave conocida afectó a un Antonov 12 BP que el día 29 de julio del año pasado hacía un vuelo entre las ciudades rusas de Moscú y Omsk. Sus siete tripulantes murieron.
Las señales de radar que rebotan contra las bandadas de pájaros volando se confunden fácilmente con aquellas que lo hacen contra tupidas masas de insectos. Los técnicos más experimentados sí que pueden diferenciarlos. El aleteo de los pájaros hace que la señal de radar recoja unos suaves pulsos que les dan una pista para separar una cosa de otra. Sin embargo, no es un trabajo sencillo, sobre todo cuantos las bandadas de pájaros e insectos están mezcladas.
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