El hallazgo supone un hito en el campo de la astrobiología, ya que es la primera vez que se descubren moléculas orgánicas en un mundo fuera del Sistema Solar.
En julio de 2007, otro telescopio espacial de la NASA, el Spitzer, ya había detectado indicios de agua en este mundo, que de momento sólo se conoce por el aséptico código de letras y números con el que le han clasificado los científicos: HD 189733b. Ahora, sin embargo, las observaciones realizadas con el "Hubble" han dejado fuera de toda duda que este planeta no sólo tiene agua en su atmósfera, sino moléculas de metano.
El hecho de que se haya detectado este gas en un mundo fuera del Sistema Solar es un dato que añade fuerza a la hipótesis de que existan seres vivos en otros planetas. El metano es uno de los ingredientes básicos que pueden desempeñar un papel crucial en la química prebiótica – es decir, las reacciones que se consideran necesarias para que surja la vida tal y como la conocemos en la Tierra.
«Este hallazgo constituye un paso crucial para identificar moléculas prebióticas en planetas donde podría existir vida», asegura Mark Swain, el autor principal de la investigación que publica hoy por la revista Nature. No obstante, los científicos ya han descartado que el metano detectado en HD 189733b pueda tener un origen biológico. Este planeta se halla a muy poca distancia de su sol (tan sólo tarda dos días en orbitarlo), y su abrasadora temperatura de 900 grados sería suficiente como para derretir plata.
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