Pese a ser muy utilizados en países asiáticos como la India o China, en América latina aún no existe la tradición arraigada de emplear aceites esenciales para diferentes tratamientos. Sin embargo, un nuevo hallazgo científico local podría generar un cambio de actitud hacia los beneficios de los productos vegetales.
Un grupo de especialistas de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) están abocados a encontrar aplicaciones alternativas de los aceites esenciales que se extraen de la flora regional.
Tal como dio a conocer un informe publicado en la última edición de Hoy la Universidad , el periódico institucional, el equipo de trabajo dirigido por Julio Zygadlo -profesor de química orgánica en la Escuela de Biología- encontró que algunas especies hasta pueden ser repelentes de insectos.
Se trata del té de burro, un eucalipto originario de Tucumán y el suico o Tagetes Minuta L, una planta que es maleza en los cultivos de soja. Estos, entre otros vegetales locales, pueden proveer una sustancia aromática que sirve para combatir mosquitos y piojos, sin irritar la piel.
"Realizamos estudios químicos preliminares y vimos que algunos componentes del aceite esencial de esta flora autóctona funcionan muy bien como repelentes de esos insectos, y evitan la inflamación dérmica", explicó el docente.
Al parecer, se trata de un hallazgo importante, si se considera que, según confirmó el Ministerio de Salud provincial, cinco personas murieron en Córdoba entre febrero y abril de este año, a raíz de la encefalitis viral producida por la picadura de mosquito.
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