Con los algoritmos desarrollados consiguen procesar una secuencia de imágenes de una persona en posición frontal, pero en movimiento, y reconocer la expresión de su rostro.
La idea consiste en utilizar un algoritmo de seguimiento del rostro que localiza la cara en la imagen para después estimar la deformación de la misma en base a sus componentes no-rígidos (ojos, cejas y boca). El algoritmo de seguimiento es capaz de trabajar en tiempo real, lo que permite su aplicación a secuencias de vídeo.
En los experimentos realizados, se ha comprobado que el sistema es capaz de trabajar en ambientes con fuertes cambios de la apariencia facial debidos a la iluminación, así como con grandes variaciones de la posición de la cara. En estas condiciones, se ha conseguido un porcentaje de reconocimiento del 89% en seis expresiones prototípicas (enfado, asco, miedo, alegría, tristeza y sorpresa) tomadas de un conjunto de 333 secuencias de la base de datos
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