El laboratorio viajó el jueves al espacio para ser instalado y
activado en la EEI en un operativo que es el objetivo central de la
misión del transbordador Atlantis.
Para ello se necesitarán tres actividades extravehiculares (EVA)
o caminatas espaciales en la primera de las cuales intervendrá el
astronauta alemán Hans Schlegel de la Estación Espacial Europea
(ESA).
Según indicó la Nasa en el informe sobre la misión STS-122 de los transbordadores,Columbus será un importante centro de experimentos biológicos, físicos y de materiales que ampliará de manera considerable la capacidad científica del complejo.
"Columbus significa mucho para Europa. Finalmente tendremos nuestro propio territorio en el espacio", dijo Alan Thirkettle, director del programa de la EEI para Europa, quien presencio el lanzamiento del Atlantis en el Centro Espacial Kennedy.
Construido a un costo de casi 2.000 millones de dólares, Europa espera recoger algunos dividendos de esa inversión en la forma de
avances tecnológicos que redundarán en beneficios para los contribuyentes, añadió.
Además de Columbus y de Schlegel, la otra contribución europea es el astronauta francés Leopold Eyharts, quien se convertirá en el
inquilino número 16 de la EEI en sustitución del astronauta estadounidense Dani Tani, quien regresará a la Tierra en el
Atlantis.
Ninguno de los astronautas europeos es un novato de los viajes espaciales. Schlegel participó en una misión de investigación científica de los transbordadores en 1993, en tanto que Eyharts pasó tres semanas a bordo de la estación rusa MIR, en 1998.
El Columbus, que será instalado a estribor del módulo Harmony, sobre el eje central de la EEI, con una vida útil de 10 años, tiene una longitud de siete metros con un peso de 10,3 toneladas en tierra.
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