El tamaño está reñido con la longevidad, al menos en las plantas. Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han formulado, por primera vez, una regla universal para explicar cómo las plantas son capaces de asegurar la supervivencia de sus respectivas especies, con independencia de si su longevidad es de siglos o de apenas un día.
La investigación, que aparece publicada en la revista «Proceedings», formula una ecuación que predice la forma en la que la longevidad de las plantas debería variar en función de su envergadura y también del aumento de temperatura. En este sentido, sugiere que la esperanza de vida de estos organismos puede ser sensible al aumento de la temperatura terrestre y predice que, de incrementar ésta en cuatro grados centígrados, la tasa de mortalidad de cada especie crecería un 40 por ciento.
El trabajo está firmado por Nuria Marbà, Carlos Duarte y Susana Agustí, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (centro mixto del CSIC y la Universidad de las Islas Baleares) y ha contado con financiación de la Fundación BBVA.
La investigación ha analizado más de 700 organismos fotosintéticos de todos los tamaños: desde la cianobacteria Prochloroccucus, con medio micrómetro de diámetro, hasta los árboles más grandes. Como explica Marbá, las plantas más pequeñas, las que componen el plancton marino, son las que experimentan tasas de mortalidad más elevadas, con una vida media de un día.
Esta reducida esperanza de vida se compensa con tasas vertiginosas de crecimiento poblacional. En el caso de organismos de mayor tamaño, ocurre lo contrario. Son especies que alcanzan edades milenarias, pero que muestran nacimientos esporádicos.
Mantener el equilibrio
A juicio de los autores, estas observaciones testimonian que las plantas han evolucionado compensando su tasa de mortalidad con su capacidad para crecer como población. De esta manera, las especies se mantienen en equilibrio. La investigadora del CSIC ilustra esta idea: «Si la mortalidad de las plantas fuese superior al número de nacimientos, se extinguirían con facilidad. En caso contrario, se multiplicarían hasta agotar los recursos necesarios para su subsistencia y se extinguirían de igual forma».
Noticia publicada en ABC (España)