Antes se suponía que el virus seguía el camino inverso, pero las investigaciones sobre los mecanismos de transmisión no arrojaron resultados terminantes.
Por lo tanto, quedó suspendido, en este caso, el arraigado principio general de la ciencia según el cual sólo deben tomarse en cuenta los estudios que arrojan un resultado positivo.
El nuevo enfoque, indicaron los expertos, tiene su origen en la ausencia de una evidencia clara para vincular a las especies silvestres con los casos de gripe aviar que han afectado también a las aves de corral.
Pero la teoría no había logrado tomar altura por el prejuicio de los científicos en contra de los estudios que ofrecen resultados negativos.
"La naturaleza de la ciencia está en el descubrimiento, en el hallazgo de algo positivo y concreto. No hay previsiones para probar que un resultado negativo puede ser correcto", dijo el director de la Red Global para la Vigilancia de la Gripe Aviar, William Karesh.
Cuando se enfrentan con una sucesión de resultados negativos, "los científicos no los publican en una revista especializada", agregó Karesh. La tradición indica que sólo se difunden "los descubrimientos".
"Afrontamos un caso interesante", indicó Scott Newman, experto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). "Los resultados positivos son importantes para comprender la ecología de la enfermedad. Pero en este caso, la ausencia de resultados está contribuyendo a que la entendamos mejor."
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