El retoño tiene cuatro años pero en sus genes está registrada una historia que se remonta al Jurásico. De su especie, la «Wollemia Nobilis», existían registros fósiles con 65 millones de años, pero se creía extinguida. Hasta que, en 1994, un guardabosques descubrió un bosquecillo de cuarenta ejemplares en un área remota del Parque Nacional de Wallomi, en Australia. Un lugar que aún hoy permanece en secreto por motivos de conservación. «Fue como si se encontrara un dinosaurio vivo», afirma el director del Botánico e investigador del CSIC, Gonzalo Nieto.
El esqueje que ayer se plantó se obtuvo con técnicas de reproducción in vitro a partir de muestras recogidas por el Jardín Botánico de Sydney y creció en un vivero alemán autorizado para su distribución. El jardín madrileño se ha convertido en el séptimo europeo en tener un ejemplar de la especie, afirma Mariano Sánchez García, director de Jardinería.
Los trabajadores vigilarán los efectos de las heladas y el riego. En la próxima primavera se verá si ha enraizado en suelo madrileño. De momento, su condición de recién llegada, le ha granjeado, para Rubén Lozano, el encargado de cuidarla, el derecho de «mimarla más que a ninguna otra planta».
Noticia publicada en ABC (España)