Con la ayuda de bioseñales, Antígona Segura Peralta, investigadora del Centro de Ciencias Nucleares, trabaja desde hace cinco años en un proyecto que tiene como fin identificar planetas habitables en otros sistemas solares.
Los resultados que obtenga se utilizarán en el diseño de nuevos instrumentos ópticos e infrarrojos para las misiones Darwin y Terrestrial Planet Finder, de las agencias espaciales de Europa y Estados Unidos, respectivamente.
“Estas misiones tratarán de ubicar planetas similares a la Tierra y obtener información necesaria para saber si son habitables”, señala Segura Peralta, quien es uno de los contadísimos científicos mexicanos que colaboran con la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
Las bioseñales (conocidas también como biomarcadores) son compuestos, como el metano y el ozono, producidos por la actividad biológica, que pueden ser detectados remotamente en las atmósferas de planetas alrededor deotras estrellas.
Su pionero fue James Kasting, de la Universidad Estatal de Pensilvania. En 2002, varios investigadores de la NASA, encabezados por David Des Marais, publicaron el primer compendio de las primeras bioseñales en la revista científica Astrobiology.
“Mediante modelos computacionales —explica la investigadora— se simulan atmósferas de tipo terrestre, en las que se produce la misma cantidad de compuestos biológicos que hay en nuestro planeta. Así, los telescopios usados en las mencionadas misiones se diseñarán para que sean capaces de detectarlos, con lo cual los científicos podrán determinar si hay o no vida en algún planeta extrasolar.”
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