Manuel Tello León (Corcubión, La Coruña, 1944) lleva residiendo en el País Vasco desde los tiempos en los que se fundó la Universidad de Bilbao (hoy UPV), cuando llegó como un joven profesor de Física recién aterrizado de Estados Unidos donde había completado su formación universitaria. Desde entonces, su vinculación con la organización administrativa vasca y española relacionada con la universidad, la ciencia y la tecnología ha sido tan intensa como su actividad investigadora, por la que recibió en 1995 ex aequo con Pedro Miguel Etxenike el premio Xabier María de Munibe en su primera edición. Un reconocimiento a la actividad de su magín, que no descansa: la última, la fuente de neutrones por espalación.
Tello León recuerda como surgió la idea. "En una tertulia informal elucubrábamos sobre qué cosas serían buenas para consolidar el desarrollo de Vizcaya. Entre la serie de propuestas se impuso la de un centro de investigación de carácter internacional, lo que se suele llamar laboratorios de gran ciencia. Y fuimos a la Diputación a hablar con el diputado general, entonces Josu Bergara, a presentarle la propuesta".
Corría el año 2000 y la posibilidad de instalar en los alrededores de Bilbao un laboratorio de gran ciencia comenzaba a forjarse. Tres años más tarde ya estaba consolidada, después de un proceso largo, con sus luces y sombras, con cambios de parecer y zancadillas. "Esas peleas están vinculadas más con el ámbito científico que con el político. Son estratagemas que se llevan por detrás, se intenta influir en los políticos con argumentos falsos o erróneos, jugando con la ignorancia del político", explica Tello quien reconoce que se están viviendo ahora "las consecuencias de estas zancadillas".
El catedrático de Física se refiere a que "el planteamiento inicial contemplaba la creación de un centro regional y otro europeo simultáneamente, de tal modo que si nos quedábamos sin el respaldo europeo, mantuviéramos el regional. Al final nos hemos quedado sólo con el europeo. Creo que por estrategia tendríamos más fuerza si nos hubiésemos presentado con una opción firme de ambas".
Una fuente de neutrones por espalación tiene, además, una amplia gama de usos industriales que, en el País Vasco, beneficiaría a los sectores clave -automoción, turbinas, ingeniería, industria eléctrica y electrónica, y aeronáutica-, que podrían emplear el laboratorio para el análisis y tratamiento de materiales. "Europa tiene grandes equipamientos científicos y son famosos por el gran desarrollo económico que han propiciado en las ciudades que las acogen", destaca Manuel Tello. Eso sí, puntualiza: "Lo que no cabe en el continente son cientos de grandes instalaciones, como no caben decenas en España, donde hay dos -los telescopios de Canarias y el sincrotrón de Cataluña- y sólo queda sitio para otra".
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