"Creo que podremos encontrar un planeta como la Tierra en los próximos 20 años", opina Margaret Turnbull, astrobióloga de la NASA, en una entrevista con la AFP. "Desde que tengamos las tecnologías existentes capaces de detectar planetas de tipo terrestre, encontraremos algo muy interesante rápidamente", añadió, observando que "formas simples de vida como microbios o plantas, así como animales rudimentarios, podrían ser corrientes".
Desde 1995, los astrónomos descubrieron con ayuda de telescopios unos 200 planetas, la mayoría gigantes gaseosos como Júpiter, 4.000 a 5.000 veces más masivos que la Tierra y rotando en torno a estrellas lejanas en la Vía Láctea. Pero planetas mellizos a la Tierra serían demasiado pequeños como para ser descubiertos actualmente.
Su fuerza gravitatoria afecta muy poco el movimiento de la estrella en torno a la cual gravitan como para ser detectados, uno de los dos métodos para rastrear exoplanetas (que están fuera del sistema solar), explicó Margaret Turnbull. La segunda técnica consiste en observar el pasaje de la sombra del planeta sobre su estrella.
Las misiones europea Corot y estadounidense Kepler de la NASA tienen "buenas posibilidad de encontrar algo muy interesante", añadió confiada la astrobióloga.
El satélite francés Corot, lanzado en diciembre, está equipado con instrumentos de fotometría estelar que le permiten buscar planetas de tamaño mediano cercanos a los de nuestro sistema solar. Corot escrutará 120.000 estrellas en la Vía Láctea -que cuenta con más de 400.000 millones- y será seguido a fines de 2008 por la sonda estadounidense Kepler, dotada de instrumentos aún más sensibles. Su fotómetro podrá detectar un planeta del tamaño de la Tierra que pase por pocas horas frente a una estrella.
No obstante, para una observación directa de un exoplaneta de tipo terrestre, habrá que esperar al Terrestrial Planet Finder (TPF) de la NASA, que consiste en dos super telescopios espaciales, cuyo lanzamiento está previsto no antes de 2016, si el presupuesto lo permite. La agencia espacial europea tiene también su proyecto Darwin para 2015.
Se trata de una flotilla de pequeños telescopios espaciales que forman un poderoso interferómetro para analizar la atmósfera de los exoplanetas.
Pero la tarea es ardua, explica John Trauger, un astrónomo del Jet Propulsion Laboratory de la NASA. Es como si se buscara una luciérnaga junto a un farol de un automóvil encendido, señala.
Este investigador acaba de poner a punto una técnica que elimina los reflejos luminosos deslumbrantes de la estrella para distinguir bien un planeta que gire a su alrededor.
"Es al menos mil veces más eficaz que lo que se había probado hasta ahora", asegura John Trauger, cuyo estudio fue divulgado por la revista Nature del 12 de abril.
Margaret Turnbull seleccionó cinco estrellas entre los 120.000 objetos de la búsqueda, cuyas características son muy similares a las de nuestro sol y que podrían tener planetas habitados.
La búsqueda de señales que emanen de fuentes inteligentes es condicida por el SETI "Search for Extraterrestrial Intelligence" (Búsqueda de inteligencia extraterrestre), organización privada creada por el célebre astrónomo estadounidense Carl Sagan, fallecido en 1996.
La SETI es financiada por fondos privados, sobre todo del cofundador de Microsoft Paul Allen.