Publicado en Total News
Alguien les dijo que por la frontera colombiana escapar era muy fácil. Que sólo había que atravesar un puente, que nadie les pediría papeles, que por allí podían hacer lo que se les viniera en gana. Al fin y al cabo, ambos países han tenido serias diferencias por narcotraficantes refugiados o guerrilleros colombianos que entran y salen, o que secuestran y extorsionan a destajo. ¿Quién iba a pensar que ellos eran desertores cubanos?
Llevaban más de dos años en Venezuela, país con el que el gobierno de Fidel Castro tiene varios acuerdos de cooperación, entre los cuales el más importante es el que permite la exportación de 98 mil barriles diarios de petróleo venezolano, a cambio del trabajo de médicos, paramédicos y odontólogos cubanos.
Ariel Pérez, médico de 36 años; Jorge Mulet, fisioterapeuta de 29 años; y la odontóloga Nora García, de 46, eran parte de ese programa. "Nos sentíamos orgullosos del trabajo que hicimos allí. Prestábamos nuestros servicios gratis a gente muy necesitada. Pero nuestras condiciones eran muy precarias", cuentan hoy, sentados en una humilde vivienda ubicada en una de las zonas más pobres de Bogotá.
Dicen que por trabajar toda la semana, más de doce horas al día, ganaban 180 dólares. Que no podían salir de las casas donde vivían después de las seis de la tarde. Que les controlaban todas las llamadas y cualquier actividad fuera de sus consultorios.
"Trabajábamos en barrios opositores al Presidente Chávez. Éramos vistos como apéndices de Chávez y Fidel", aseguran.
"No hay cubano que no salga de su país sin pensar en jamás volver. Vimos en ese acuerdo humanitario una forma de escapar. Entonces, huir de Venezuela se volvió el reto", dicen sentados frente a un estante con santos a los que rezan todo el día.
"Hace mucho tiempo que queremos libertad para trabajar, para hablar, para decidir qué hacer con la vida", explica Nora García, quien no ve a su marido desde que atravesó el Atlántico con unos balseros y nunca más volvió de Miami.
Así que el 18 de marzo de 2005 pidieron permiso para ir a Caracas a hacer unas compras. Aunque la meta fue, es y sigue siendo llegar algún día a EE.UU. -donde todos tienen familia-, de Venezuela salieron con apenas una mochila y 1.200 dólares entre los tres.
"No podíamos levantar sospechas. Sólo íbamos a Caracas a comprar todo lo prohibido en la isla: una Coca Cola, un chocolate". Pero tomaron un bus y se bajaron en la frontera con Colombia. Entonces miraron el puente y pensaron: "si lo cruzamos no hay regreso", y lo atravesaron sin que nadie les preguntara nada.
Esperando una visa
Ellos son conscientes de que tanto el sistema de salud cubano como el venezolano han sido los más afectados con tanto cubano trabajando fuera de la isla y otros que han desertado en esas misiones. "Muchos en Cuba postulan a estos programas porque son una buena forma de salir, ganar dinero y escapar", agregan.
Aunque no hay cifras de cuántos cubanos han desertado, ellos tienen su propio cálculo: "Cada tanto uno se enteraba de dos o tres que ya no estaban".
En Colombia se supo del tema la semana pasada, cuando la Cancillería colombiana dijo estar estudiando la solicitud de refugio para 38 médicos cubanos "que llegaron gradualmente en 2006 desde Venezuela".
Luego la historia se complicó. Aunque por ley los cubanos pueden quedarse sólo seis meses en Colombia, muchos de ellos decidieron esperar cuando, en agosto pasado, supieron que los EE.UU. acababan de aprobar el Programa para el Personal Médico y Profesional Cubano (Cuban Medical Profesional, Parole, en inglés), el cual acoge a profesionales cubanos que hayan decidido desertar de misiones oficiales y políticas del gobierno cubano en terceros países.
Según Ana Carbonell, vocera del congresista de La Florida, Lincoln Diaz-Balart, 360 cubanos han postulado al Parole, siendo aceptados 160 hasta el momento. De los 38 cubanos que llegaron a Colombia, 19 ya han salido. Los demás están en un completo limbo migratorio. Si no les aprueban la visa para EE.UU., sólo tienen dos opciones legales: que les otorguen el asilo político o el estatus de refugiados. Ambas están en estudio.
La situación es compleja. Tras 14 años de mantenerlas cortadas, Colombia restableció relaciones diplomáticas con Cuba en 1993. Hoy en día, incluso, el Ejército de Liberación Nacional (ELN, segunda guerrilla del país), mantiene en La Habana conversaciones de paz con el gobierno colombiano. Interceder por unos cubanos que en la isla son considerados desertores podría, sin lugar a dudas, entorpecer los esfuerzos de los últimos años.
Mientras esperan la llamada de la embajada estadounidense que les negará o aprobará la visa, estos tres médicos viven de los pocos dólares que les giran sus familiares en los EE.UU. Ya en los barrios de Bogotá los conocen y los consultan como médicos, "pero gratis, claro está", concluyen riendo.
Dejaron a sus hijos, a sus familias y sin embargo están dispuestos a ir más allá. "No volveremos a Cuba a purgar de 8 a 15 años de prisión por desertar. Nos vamos a los EE.UU.". Y entonces lloran, porque saben que cruzaron el puente y ya no hay retorno.
SEGÚN FUENTES castristas, de los 31.000 cubanos que trabajan en misiones humanitarias en 68 países, 20.000 están en Venezuela.
Balseros usan nuevas técnicas
Los llamados balseros cubanos, que antes cruzaban el Estrecho de Florida en embarcaciones precarias para huir de la isla, están ahora en la "era moderna". Según narra la agencia DPA, las originales ideas de convertir un camión en barco o ponerle flotadores a un caballo para hacer el viaje quedaron atrás, y la mayoría de sus travesías hacia Estados Unidos son en modernas lanchas de gran potencia o en aviones de aerolíneas comerciales.
Las nuevas modalides, que pueden llegar a costar entre 12 mil y 20 mil dólares (hasta unos 10 millones de pesos chilenos), incluyen también conseguir pasaportes falsos o viajar a terceros países para desde allí dirigirse a EE.UU. Debido a la ley de "pies secos, pies mojados", los cubanos que llegan a tierra estadounidense pueden quedarse en el país, pero los que son interceptados en alta mar son generalmente devueltos a Cuba.