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Según informaron hoy desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la cuantía del proyecto ha sido aprobada oficialmente este mes en Beijing (China), donde se ha presentado ante el Comité Internacional para Futuros Aceleradores.
La negociación para el diseño de ese acelerador se cerró en la última reunión que se celebró en Valencia el pasado mes de noviembre, organizada por el IFIC (Instituto de Física Corpuscular).
Desde el CSIC se destacó que gracias a los resultados que obtenga el ILC, el Colisionador Lineal de Electrones y Positrones (partículas elementales con carga eléctrica igual a la del electrón pero en positivo), los científicos podrán llegar a nuevas aproximaciones sobre la constitución del Universo y su funcionamiento.
El ILC junto al Gran Colisionador de Hadrones (Large Hadron Collider -LHC-), ubicado en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) de Ginebra (Suiza), permitirá a los físicos explorar nuevas regiones de energía más allá del alcance de los actuales aceleradores.
Este ILC tendrá aproximadamente una longitud de 31 kilómetros y emitirá haces de partículas que chocarán 14.000 veces cada segundo a energías sumamente altas, 500.000 millones de electronvoltios (GeV).
Las mismas fuentes explicaron que igualmente es necesario el diseño y construcción de dos grandes detectores que registrarían tales choques de partículas.
Además, la segunda fase del proyecto aspira a una ampliación de la máquina a 50 kilómetros de longitud y una energía que alcance el trillón (americano) de electronvoltios.
La culminación de los últimos detalles de la máquina y los detectores, en relación a su diseño y funcionamiento, serán concretados en el llamado Informe Técnico de Referencia, cuya elaboración prevé concluirse para el año 2009.