Notica completa en El Observatodo (Chile)
Con las palabras que sirven de encabezamiento a este artículo, Richard P. Feynmann, Premio Nobel de Física, considerado el padre de la nanotecnología inició una conferencia a mediados de la década de los noventa en una Universidad Norteamericana. Mucho creyeron que se les estaba invitando a acomodarse mejor en una sala llena de profesores y estudiantes.
El tema del Dr. Feynmann era, por decir lo menos, apasionante.
Yo lo descubrí hace solo dos años dado que como periodista, y muy en solitario, me he involucrado en lo científico más como una entretención que de manera especializada. Con el paso del tiempo he tenido la oportunidad de ser invitado a dar conferencias sobre este tema que, a insinuación de un amigo ingeniero, compilé con el título de “reflexiones futuristas”.
La Nanotecnología es el estudio, diseño, creación, síntesis, manipulación y aplicación de materiales, aparatos y sistemas funcionales, a través del control de la materia a nano escala, y la explotación de sus fenómenos y propiedades.
Nos lleva a la posibilidad de fabricar materiales, máquinas e instrumentos a partir del reordenamiento de átomos y moléculas.
Es como si cada átomo y molécula fueran los ladrillos para una nueva construcción.
La unidad de medida “Nano” es la mil millonésima parte de un metro.
Por su parte un micrón es la milésima parte de un milímetro.
Los dispositivos de memoria y de lógica en venta en 1985 tenían estructuras con componentes de aproximadamente un micrón de ancho.
Para 1995, momento de la aparición del Pentium, se habían alcanzado tamaños de más o menos un tercio de micrón, 350 nanómetros.
Ahora se trabaja ya en estructuras de 100 nanómetros, es decir, de un décimo de lo que se había logrado en 1985.
El nanómetro marca el límite de reducción a que podemos llegar cuando hablamos de objetos materiales. En un nanómetro caben cinco átomos.