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Los aborígenes del continente americano y de las Antillas condimentaban sus comidas con ají, desde hace más de seis mil años, según difundió la revista científica Science, que señala que el Ecuador es el país donde se descubrió la semilla más antigua, lo que le hace como suelo originario de tal fruto.
Un equipo estadounidense, liderado por Linda Perry, del Museo de Historia Natural del Instituto Smithsoniano, descubrió que el cultivo del ají se extendió desde el sur de Perú hasta las Bahamas.
Los hallazgos arqueológicos más antiguos revelan que ese fruto se consume en Ecuador desde hace unos seis mil 100 años.
El hallazgo aporta datos de cómo era la cocina de las poblaciones amerindias mucho antes de la llegada de Colón, del florecimiento de las altas culturas americanas, y sobre las actividades comerciales.