El reducido número de manifestantes que los organizadores habían esperado fuese mayor, protestaron en las afueras del Congreso exigiendo el cierre de una planta de energía termoeléctrica, la misma que en esos precisos momentos calentaba los edificios públicos y privados de esa ciudad para afrontar las extremadamente frías temperaturas de esta época.
Al mismo tiempo, muchos políticos de distintas tiendas cancelaron varios eventos al igual que muchos abogados que cancelaron comparecencias y hombres de empresa que dejaron de lado citas de negocios. Muchos activistas ecologistas se quedaron comodamente bajo el calor de sus hogares -calentados con energías fósiles- evitando afrontar los caminos peligrosos y las frías temperaturas deinvierno. La jornada recordó una célebre aparición del activista Al Gore en enero del 2004 cuando dió una conferencia en Nueva York sobre calentamiento global en uno de los días más fríos de la historia de esa ciudad.