Noticia en 20 Minutos (España): ¿Existe un gen especial entre los dictadores?
Adolf Hitler, Robert Mugabe o Benito Mussolini podrían tener el gen AVRP1 más corto que otros seres humanos. ¿Para qué sirve el gen AVRP1?
Con este gen se posibilita que una hormona llamada vasopresina actúe sobre las células cerebrales que se encargan de la afectividad, las relaciones sociales o el altruismo. De esta forma, cuanta más vasopresina se tiene en el organismo, menos afectivo se es.
Los descubridores de este hallazgo, unos investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén diseñaron un experimento económico al que bautizaron como El juego del dictador, para comprobar qué personalidades son más egoístas. Los resultados los han publicado en la revista Genes, Brain and Behaviour del mes de abril.
Debido a una disminuída capacidad de afectividad y empatía, los dictadores tienen una marcada tendencia hacia las conductas predadoras que buscan institucionalizar sobre las sociedades mediante revoluciones armadas o constitucionales contando para ello con la lamentable sumisión y voluntarismo de hombres de negocios, intelectuales y académicos, quienes deciden seguir al "macho alfa" pese a lo destructivo y socialmente costoso de las imposiciones de fuerza.
Tales prácticas predatoriasincluyen lacreación de impuestos, la monopolización estatal de sectores económicos, la confiscación de bienes,el arresto arbitrario de opositores (incluso el asesinato de estos), destrucción y manipulación de las instituciones de contrapeso y fiscalización del gobierno, intervención de instituciones autónomas del gobierno, persecución de la libre expresión, incursión violenta en organismos y bienes públicos o privados, censura, control de precios y regulación de mercados.
Siendo éstas, prácticas comunes a las monarquías absolutistas y de dictadores tercermundistas, también son prácticas llevadas a cabo por parlamentos y gobiernos legítimamente electos que se presumen demócratas pero que intervienen arbitrariamente en las sociedades de forma creciente, tales casos incluyen los organismos y regulaciones federales norteamericanos, las normas de la Unión Europea, o los cuerpos legales aprobados por los parlamentos de muchas naciones, a menudo inconstitucionales y casi siempre ilegítimos por ser intervenciones autoritarias sobre bienes y personas que no pertenecen a las mayorías legislativas que aprueban tales instrumentos jurídicos.