De acuerdo con el pacto germano-soviético, Polonia, que había sido atacada por Alemania el 1° de septiembre de 1939, fue invadida por el Ejército Rojo el 17 de septiembre. Los soviéticos tomaron entonces cerca de 250.000 prisioneros de guerra.
Los prisioneros polacos de la URSS.
Pero, después de junio de 1941, cuando la Unión Soviética fue atacada por Hitler y se unió a los Aliados, se puso de acuerdo con el gobierno polaco en el -exilio y liberó a los prisioneros. Sin embargo, 150.000 de ellos faltaron al llamado a alistarse y, entre ellos, 15.000 oficiales desaparecieron misteriosamente. Los soviéticos no dieron ninguna explicación.
El 13 de abril de 1943 se levantó parte del velo que cubría el asunto, cuando el ejército alemán, que había penetrado en la URSS, declaró que había encontrado los cadáveres de 4.500 de ellos enterrados en el bosque de Katyn, cerca de Smolensk, y acusó a Stalin de haber ordenado su ejecución.
Ahora se sabe lo que pasó realmente. En la primavera de 1940, la Unión Soviética decidió ejecutar a muchos miles de prisioneros polacos, especialmente a los oficiales, ya que éstos representaban efectivamente a la elite intelectual y social de la nación polaca. Al eliminarlos, Stalin quiso impedir que ese país recuperara el lugar que había ocupado antes de la guerra, cuando Polonia constituía uno de los eslabones importantes del sistema geopolítico alemán que buscaba aislar a la nación soviética. Fue así como, durante dos meses, entre abril y mayo de 1940, más de 4.500 oficiales polacos fueron trasladados al bosque de Katyn, uno de los lugares utilizados desde los años 30 por el régimen estalinista para ejecutar a sus víctimas. Allí fueron asesinados de un disparo en la nuca. Enseguida, los cuerpos fueron colocados por capas sucesivas en fosas recubiertas de arena y disimuladas por árboles recién plantados.
Negación de la masacre
Cuando Radio Berlín anunció el descubrimiento del osario y acusó a los soviéticos, éstos lo negaron en forma categórica. De allí en adelante, los nazis no cesaron de buscar pruebas de la culpabilidad de la URSS, no por establecer la verdad, sino porque el drama le era útil a la propaganda hitleriana.
Por ello, Alemania se preocupó del asunto, hizo que los familiares de las víctimas visitaran el lugar, así como a periodistas y a prisioneros extranjeros. Un comité médico internacional, en el cual participaba un equipo de la Cruz Roja polaca, quedó encargado de investigar en el lugar de los hechos, de identificar a los cuerpos y de determinar la fecha de las ejecuciones. Sus conclusiones permitieron establecer la culpabilidad de la URSS.
A fin de disculparse, los soviéticos contraatacaron y acusaron a la Alemania nazi, pretendiendo que ellos habían dejado en el lugar a los prisioneros polacos cuando huyeron ante la avanzada del ejército alemán. Por lo tanto, este último seria el que los habría ejecutado. Para apoyar esta teoría y hacerla creíble, Stalin llegó incluso a organizar una contrainvestigación, confiada al comité Burdenko, cuando el Ejército Rojo reconquistó la región de Katyn.
La revelación de la masacre trajo como resultado el rompimiento definitivo entre la Unión Soviética y el gobierno polaco en el exilio en Londres. Desde ese momento, los tensiones entre ambos países se volvieron cada vez peores. Al Finalizar la guerra, Polonia se convirtió en una democracia popular sometida al poder soviético, el que, durante más de cuarenta años, rehusó reconocer su culpabilidad. La "amistad" impuesta por la URSS al régimen comunista polaco exigió que la historia fuera negada, así como las exacciones estalinistas.
Cómo se recuperó la memoria
Los otros diez mil oficiales polacos, así como los ciento treinta mil soldados que nunca reaparecieron, fueron ejecutados en otros lugares o perecieron de agotamiento en los campos de prisioneros soviéticos. La masacre de Katyn, que golpeó a la opinión pública por el horror de su descubrimiento y por la polémica de la cual fue objeto, no fue más que la parte visible de la gigantesca represión llevada a cabo por Stalin, a fin de exterminar a las elites polacas que obstaculizaban su afán expansionista, tal como había eliminado a sus opositores en su propio país. Lograr que la verdad sobre el crimen de Katyn fuera reconocida llegó a ser un objetivo primordial para los polacos que se oponían al régimen comunista y a la influencia del "hermano mayor" soviético. Hace muy poco tiempo vieron, por fin, satisfecha su demanda. En abril de 1990, cuando el poderío comunista fue, barrido de Polonia, la URSS, que bajo el mando de Gorbachov había iniciado una era de reformas renunciando a su voluntad de poder, reconoció oficialmente su responsabilidad en la masacre de Katyn.
Polonia durante la guerra
Entre 1918 y 1939, Polonia fue un estado independiente. Primera víctima de la Segunda Guerra Mundial, se transformó en el blanco tanto para la Alemania hitleriana como para la URSS de Stalin, cuando ambas naciones firmaron, el 23 de agosto de 1939, un pacto de no agresión donde acordaron, en una cláusula secreta, repartirse Polonia.
La resistencia polaca se dividió en dos facciones. Una de ellas, antialemana y anticomunista, que estuvo representada por un gobierno en el exilio establecido en Londres, fue aplasta da por los alemanes después de la insurrección de Varsovia. La otra, pro-comunista, se organizó en Lublin con ayuda de la Unión Soviética y formó un gobierno provisorio a fines de la guerra. Durante la liberación, Polonia vio sus fronteras desplazadas hacia el oeste y se transformó en una democracia popular en la órbita de los soviéticos.