“Los textos no contienen profecías o secretos sobre el futuro que esperan ser develados. Son una mina de información sobre la realidad social, política, literaria, espiritual del pueblo de Israel de hace 2 mil años”, señaló.
Explica que los documentos no ofrecen una anticipación sobre momentos bélicos o políticos del futuro. Son fuente directa de conocimientos de la época que “permitirá evaluar los conocimientos del origen de la cultura occidental o revalorarlo en otro contexto”.
“Su importancia va más allá de su significado para la comunidad judía, puesto que son fruto de una época crucial en la historia del hombre y sus orígenes en occidente”, puntualizó.
Narran, dijo, el surgimiento de una civilización resultado del contacto entre oriente y occidente que comienza con griegos y persas, con la expansión del imperio de Alejandro Magno, de la cual somos herederos.
“Los mitos y profecías venden bien. Sin embargo, el concepto que se tiene sobre estos textos debe de cambiar: son una ventana hacia el pasado, no al futuro”, añadió.
CONTINUA LA INVESTIGACIÓN. El experto en religiones comparadas apuntó que si bien hace 60 años fueron descubiertos los Rollos del Mar Muerto, su estudio apenas comienza.
“Después de estas décadas y más de 30 mil títulos publicados, tenemos una idea clara sobre la importancia del descubrimiento, sin embargo podríamos decir que apenas estamos en los comienzos”, refirió.
La revelaciones que podrían arrojar los documentos hallados en las cuevas de Qumrán, en Israel, no son apocalípticos ni tienen que ver con la crisis financiera mundial, sino con el replanteamiento de cómo concebir las culturas del pasado. Esta tarea, dice, requerirá de nuevos grupos científicos interdisciplinarios.
“El gran de desafío de la próxima generación de investigadores será recontextualizar Qumrám y sus textos en los marcos del mundo grecorromano en lo particular y del mundo antiguo en lo general”, enfatizó.
La tarea, añadió, implica una enorme dimensión del conocimiento que ningún ser humano podría dominar, puesto que el universo que representa su estudio abarca desde la teología, la arqueología, literatura, historia, entre otras disciplinas.
“Por lo tanto debemos de cambiar la forma de trabajar con los Rollos y dar lugar a expertos, que desde distintas ramas de la ciencia, presenten nuevas percepciones sobre éstos”, agregó.
El curador puntualizó que la difusión sobre la importancia de los escritos, y su correcta concepción, contribuirá al crecimiento de los científicos interesados en estudiarlos.
Además, señala, debe sumarse la tecnología, puesto que los investigadores comenzaron a digitalizarlos con el objetivo de abundar en los estudios para su preservación y relectura.
Otras técnicas de estudio permitirán conocer a los especialistas cómo afectan las mismas técnicas de conservación y exhibición. “No tenemos la seguridad de cuál es la mejor forma de conservarlos, jamás tuvimos materiales como estos por lo que no deja de ser nuevo”.
INTERPRETACIÓN. Roitman, que participará en el Cuarto Coloquio Internacional sobre Religión que se llevará a cabo en Taxco la próxima semana, resaltó la vigencia de los documentos. “Los Rollos reflejan percepciones en campo del espíritu y, por lo tanto, percepciones de lo humano tienen una gran vigencia.
“Al igual que la Biblia o el Gilgamesh, estos documentos indagan sobre el valor de la existencia, la búsqueda de la eternidad y la felicidad. Ese legado humano no caduca al pasar de los años”, señaló.
El experto recordó que el hombre, hoy se tiene más conocimientos que en cualquier momento de la historia. “El saber de las ciencias exactas se desmiente así mismo al pasar de los años; las humanidades no y pueden tener la antigüedad que sea sin riesgo a ser incorrectas”.
Respecto a la valoración científica en la interpretación de los argumentos que hasta ahora han aceptado los investigadores sobre los Rollos, dijo: “Interpretar la historia es como ser juez: debemos discernir entre la verdad ontológica y la judicial y no necesariamente tienen correspondencia.
Tenemos la obligación de atenernos a las pruebas, más allá de nuestra propia interpretación subjetiva en la que evaluamos los argumentos. Esto le da a nuestra labor un carácter científico”, abundó.
AL ALCANCE DE UN LIBRO. Para el rabino de origen argentino, los Rollos son material de investigación para la comunidad científica, pero también deben ser materiales que estén cerca de cualquier interesado en conocerlos.
No significa que tengan acceso directo a ellos, sino a los resultados de los prestigiados investigadores sobre estos documentos. “El problema no es la falta de información sobre el tema, sino la calidad de esta y la selección entre lo que es serio y lo que es desinformación apocalíptica, ficticia y falsa”, aclaró.
En cuanto a internet, dijo que todos apreciamos su valor, pero no distinguimos entre la información que puede ser aberrante y aquella de calidad.
“Es tarea de todos, catedráticos, científicos, periodistas…, educar e informar a la población para que estos sean capaces de evaluar lo que están leyendo.
“Esto no significa, nuevamente, que un solo autor que tiene credenciales que lo avalen tenga la verdad en sus manos, pero sí tiene más argumentos para hablar de la materia”.
Recomendó que los interesados en el tema hagan el esfuerzo de averiguar que libros o publicaciones que no sean sensacionalistas y que alimenten la mitología en torno a los documentos.
“Los Rollos del Mar Muerto no le pertenecen al curador, ni a los investigadores, ni a los judíos, son un tesoro universal que merece ser leído por todos para mejorar su comprensión del mundo. Son de la humanidad”, finalizó.
Publicado originalmente en Crónica (México)