Cualquier esperanza de mantener expediciones a la Luna, a Marte o incluso más lejos, dependerá de “poner manos a la obra” en esos mundos, en el sentido de utilizar los recursos locales.
La Utilización de Recursos In-Situ (ISRU = In-Situ Resource Utilization), es decir, el uso de los materiales y la energía nativos recogidos y procesados para sostener la exploración humana y robótica, serán cruciales para el éxito de las misiones tripuladas, ya que los materiales derivados de ISRU reemplazarán aquellos que de otro modo deberían ser trasladados desde la Tierra.
Los propelentes, la energía, el agua y el oxígeno, los materiales de construcción, todos estos productos ISRU fueron el tema de discusión en la Mesa Redonda para la Utilización de Recursos Espaciales, llevada a cabo entre los días 1 al 3 de noviembre en la Escuela de Minas de Colorado.
Durante años, la investigación sobre ISRU ha sido lenta, debido a la falta de decisión sobre la exploración humana del espacio a largo plazo. Sin embargo, parecería que las cosas se están acelerando.
Un apoyo renovado a los recursos espaciales ha sido desenterrado en gran medida por la “Visión de Exploración” anunciada por el Presidente George W. Bush el último mes de enero. De hecho, las propuestas de recursos espaciales están siendo ahora consideradas por el Programa de Tecnología Humana y Robótica de la NASA.
“Hay todo un espectro de posibilidades para el uso de recursos espaciales en la estrategia de exploración”, aún antes de que se envíen nuevamente personas a la Luna y más allá, hasta Marte, dijo Mike Duke, Director del Centro para Aplicaciones Comerciales de la Combustión en el Espacio (CCACS = Center for Commercial Applications of Combustion in Space) en la Escuela de Minas de Colorado. La NASA, sin embargo, tiene todavía que adoptar a ISRU en la planificación de esa estrategia, quizás por no querer en este punto asumir algunas presunciones... “algunos saltos de fe”, sugirió.
“Hay una sensación de que finalmente algo sucederá. Buena parte de esta sensación surge de la iniciativa de exploración del Presidente Bush, quien específicamente llamó a la utilización de recursos extraterrestres”, hizo notar G. Jeffrey Taylor, un profesor de Geofísica y Planetología de la Universidad de Hawai en Honolulu y presidente del programa científico del taller de trabajo.
Trabajo pesado
La sexta mesa redonda anual atrajo la mayor concurrencia hasta la fecha, incluyendo a veteranos del programa Apolo y a profesionales actuales del espacio, así como a autoridades mineras.
Está claro que la gente desea que suceda algo, enfatizó Taylor. “El próximo paso importante es que hagamos todo lo que podamos para asegurarnos que la utilización in-situ de recursos sea una parte integral de la iniciativa de exploración”, agregó, remarcando la visión de que ISRU equivale a sustentabilidad.
“No tendremos astronautas por largos períodos en otras superficies planetarias sin el uso extensivo de recursos locales”, dijo Taylor a SPACE.com.
Taylor apuntó también a la importancia crítica de los robots para la exploración. “Tendrán que realizar el trabajo pesado cuando exploremos la Luna y Marte, con la gente haciendo lo que hace mejor: resolver problemas, tomar decisiones, observar”.
Campo de entrenamiento
La Luna está siendo mirada como un lugar cercano para la resolución de problemas para la comprobación y perfeccionamiento de la maquinaria automática ISRU, así como para la capacitación en procesos y procedimientos extraterrestres.
“Siempre pensé que la Luna era un desperdicio en lo que se refería a enviar seres humanos hasta allí”, dijo Robert Ash, un impulsor de ISRU desde hace tiempo dentro del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Old Dominion en Norfolk, Virginia.
Ash dijo que alguna vez había contado con la Estación Espacial Internacional para la capacitación en vuelo del equipo autónomo para apoyo de viajes humanos a Marte. Pero las capacidades de la estación espacial se han degradado de tal forma que la Luna debería ser utilizada ahora como un lugar de pruebas.
“Podríamos aprender lo suficiente con las operaciones de superficie en la Luna como para arriesgar la vida de los astronautas que queremos enviar a otros planetas”, afirmó Ash. “Si utilizamos la Luna en forma apropiada... un problema en la Luna, se lo trae de vuelta y se lo arregla. En Marte, sería un problema potencialmente fatal”.
Dada la proximidad de la Luna, el lapso entre las comunicaciones Tierra-Luna es de unos 1,28 segundos, observó Ash. “Eso significa que Houston puede ayudar”.
Una falsa Luna
En la mesa redonda hubo un reclamo universal por nuevas partidas de materiales superficiales lunares “falsos”, mejor conocidos como “simuladores”.
Toneladas de suelo lunar simulado, llamado JSC-1, fueron desarrolladas y caracterizadas hace años bajo los auspicios del Centro Espacial Johnson de la NASA, de ahí su etiqueta. Derivado de la ceniza volcánica de composición basáltica, la composición de JSC-1 imita mucho de los atributos de las muestras del suelo de los mares lunares.
Por ejemplo, JSC-1 fue producido en enormes cantidades para ayudar a los ingenieros a comprobar y validar ideas sobre construcción lunar, manejo de materiales, excavación, control de polvo, producción agrícola, creación de oxígeno y aglomerado (el calentamiento de partículas pequeñas para crear aglomeraciones más grandes).
Pero ya se han consumido cantidades de simuladores lunares hechos en la Tierra, y solamente queda un poco en algunos lugares.
“Creo que necesitamos un clon de JSC-1 en grandes cantidades... y lo necesitamos ahora”, dijo James Carter, un profesor de geociencia de la Universidad de Texas en Dallas. Él propone una composición “raíz” de simuladores que podría ser luego utilizada en cantidades más pequeñas con ciertos atributos que fueran ideales para tipos específicos de experimentos.
“No se puede simplemente ir y hacer esto de cualquier manera”, advirtió Carter. “Debe ser armado un sistema de producción y distribución. Este material tiene que estar muy bien documentado y certificado. Eso es absolutamente fundamental”, dijo.
¿Liberalización de muestras lunares?
La necesidad de simuladores del regolito lunar es tan acuciante, que el Centro Marshall de Vuelo Espacial de la NASA en Huntsville, Alabama, en colaboración con el Centro Espacial Johnson, será el anfitrión de un taller de trabajo sobre el asunto del 24 al 26 de enero.
Publicado originalmente en Astroseti