En los últimos tiempos que vivimos se pueden realizar acciones que, algunos años atrás resultarían de ciencia ficción.
Recibir, responder y enviar correos electrónicos cómodamente sentado en el sofá o desde cualquier otro lugar de la casa. Navegar por internet o escribir un informe en la cama. Compartir el acceso a internet y la impresora con todos los ordenadores conformando un red doméstica o disfrutar de una "oficina móvil" son algunos ejemplos.
El mundo no sólo está cada vez más interconectado gracias a los sistemas electrónicos y digitales de procesamiento, almacenamiento y trasmisión de datos, sino que además se está volviendo inalámbrico.
Cada vez más escuelas, oficinas, universidades y hogares se suman a la revolución sin cables, que también está llegando a bares, estaciones de tren, aeropuertos y hoteles. Incluso existen ciudades enteras que pueden conectarse a internet sin cables.
Esta tecnología avanza sin prisa pero sin pausa, porque la interconexión de equipos sin recurrir a los tradicionales cables presenta infinidad de ventajas, desde permitir una mayor libertad de movimientos para el hasta una instalación más rápida y simple que la que supone la extensión de cables.
Además, permite modificar sin mayores inconvenientes la topología de la red informática y ampliarla, y la incorporación de nuevos usuarios, sin necesidad de instalar nuevos cables.
Esta tecnología es ideal para organizar redes en sitios cambiantes o situaciones no estables, como emergencias o congresos.
Algunas precauciones
No obstante, pese a sus beneficios, la tecnología "sin cables" encuentran algunos escollos para su avance, como la sensación por parte de los usuarios domésticos de que no es tan estable como un red cableada, de que resulta más difícil de configurar y es más compleja, o conlleva un gasto considerable.
Otro de los problemas que enfrentan la tecnología Wi-Fi (del inglés Wireless Fidelity o fidelidad inalámbrica) son sus deficiencias de seguridad, ya que muchas redes se instalan sin la debida protección de la información que circula por ellas.
También se dan casos de "pícaros" que navegan por internet "colgándose" de la señal inalámbrica de un vecino, aprovechando que se hallan dentro de su radio de cobertura.
Publicado originalmente en Univisión (EEUU)