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Las ballenas grises en Laguna San Ignacio con frecuencia se acercan pequeñas embarcaciones turísticas, buscando interacción humana. Aunque podrían evitar fácilmente a las personas, cuyos barcos pequeños no se les permite acercarse a las ballenas, realmente parecen disfrutar el contacto.

La laguna de San Ignacio se encuentra en la costa del Pacífico, en la península de Baja California y es el destino de cientos de ballenas grises, que migran anualmente a la región desde sus zonas de alimentación en el Ártico. Aquí, donde el agua es poco profunda y cálida, dan a luz a sus crías.

Se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno y es el último refugio tranquilo para cría y apareamiento de la ballena gris, en gran parte gracias a una victoria del medio ambiente en el año 2000 que se detuvo el desarrollo de una planta de sal industrial.

La observación de ballenas aquí está muy regulada, con límites sobre cuántos barcos pueden estar en el agua, cuánto tiempo pueden quedarse, y la distancia a la que pueden acercarse; en lugar de acercarse a las ballenas, los botes deben apagar su motor y esperar a que las ballenas se acerquen al barco, lo que ocurre comúnmente.