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"El 24 de noviembre, ejerced vuestros derechos de ciudadanos, defended la libertad y protestad los deseos del Gobierno federal de desnudarnos virtualmente o someternos a cacheos que incluyen tocamientos agresivos de los pechos y de los genitales".

La protesta contra los nuevos y draconianos dispositivos de seguridad en los aeropuertos de Estados Unidos ha sido orquestada desde Ashburn (Virginia) por un tal Brian Sodergren, convertido en el nuevo héroe local contra la "intromisión" del Gobierno. Se desconoce el impacto real que puede tener el llamamiento, pero decenas de asociaciones se han hecho eco de costa a costa y el temor a un caos total en los días de mayor tráfico aéreo del año crece por minutos.

“Uno o dos pasajeros "rebeldes" en un aeropuerto pueden causar enormes retrasos”, advierte Paul Ruden, portavoz de la Sociedad Americana de Agentes de Viajes. “Si yo tuviera que viajar en uno de los aeropuertos con los nuevos “escáneres” de rayos X, estaría realmente preocupado”, confiesa a la agencia AP el experto en seguridad aérea Gerry Berry.

En 70 de los 450 aeropuertos norteamericanos funcionan los nuevos dispositivos de rayos X (rebautizados como "porno-scanner") que han atizado el fuego de las protestas. El impulsor del Opt Out Day recuerda a sus compatriotas que tienen todo el derecho del mundo a optar por “no ser desnudados virtualmente” antes de subir al avión.

Cacheos indiscretos

Las protestas se han centrado sin embargo últimamente en los “cacheos entrometidos”. La consigna del pasajero John Tyner –“Si me tocas los "trastos", haré que te arresten”- ha dado pie a otra campaña de gran éxito en las redes sociales y al lanzamiento de camisetas con la consigna: “Don"t touch my junk”.

Los casos de abusos en los cacheos se han sucedido en los últimos días. La azafata Cathy Bossi se vio obligada a quitarse los pechos prostéticos que lleva desde su operación de cáncer de mama ante los ojos de los agentes de seguridad del aeropuerto de Newark. Thomas Sawyer, enfermo de cáncer de vejiga, se orinó en pleno cacheo en el aeropuerto de Detroit. Sammuel Wolnnyk decidió quedarse en calzoncillos en el aeropuerto de San Diego. En varios casos, los padres han tenido que quitar la camiseta a sus propios hijos.

En medio de un revuelo político que ha llegado a las puertas del Capitolio, el jefe de Administración de Seguridad en el Transpote (TSA) John S. Pistole ha anunciado que “no habrá cambios inmediatos”, aunque se comprometió a revisar los actuales métodos para “lograr que los registros sean igual de efectivos y menos entrometidos”.

La secretaria de Seguridad Interior, Janet Napolitano, se ha comprometido también a hacer “los ajustes necesarios”, aunque ha pedido “comprensión” a sus compatriotas por las nuevas medidas, puestas en marcha tras el envío de paquetes explosivos en aviones de carga, reivindicado por Al Qaeda en la Península Arábiga.

Noticia publicada en El Mundo (España)