El Envisat cumplió el pasado marzo diez años de funcionamiento en el espacio, el doble del tiempo previsto, pero la ESA contaba con mantenerlo activo al menos un año más, hasta que lance las misiones previstas Sentinel.
El fin de la misión no significa que los expertos hayan tirado la toalla: seguirán intentando recuperar la comunicación con el Envisat, aunque la ESA reconoce que la probabilidad de lograrlo es "extremadamente baja". Además, se sigue vigilando el aparato mediante imágenes del mismo tomadas por otros equipos en órbita y sistemas de radar. La información es esencial para calcular cuándo y dónde caerá a la Tierra el satélite descontrolado.
Los expertos de la ESA han explorado varios escenarios de fallo en el Envisat, problemas que pudieran haber provocado la interrupción de la comunicación. Una posibilidad es apunta al regulador de energía, cuyo fallo que habría podido bloquear la telemetría (las comunicaciones de satélite al centro de control) y la recepción de telecomandos (las órdenes que se le envían desde Tierra).
Otra posibilidad, explica la ESA es que un cortocircuito haya activado el denominado modo de seguridad del satélite, un estado en que, si se produce algún problema, dejan de funcionar los equipos de a bordo para evitar cualquier daño del satélite, a la espera de que se solucione la situación. También es posible que una anomalía durante la transición al modo de seguridad haya dejado al satélite en un estado intermedio. Los ingenieros seguirán un par de meses intentando restablecer el contacto con el Envisat y explorando las posibles causas del fallo.
Noticia publicada en El País (España)
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Imagen: ESA
