En este estudio, el primero de sus características y que ha sido publicado en el Journal of Experimental Social Psychology, los investigadores analizaron cómo influye la pronunciación de los nombres en la creación de impresiones y en la toma de decisiones.
En particular, demostraron el "efecto pronunciación del nombre" que se produce cuando las personas con nombres fáciles de pronunciar son evaluadas más positivamente que aquellas con nombres difíciles de pronunciar.
Entre otros extremos, el estudio reveló que las personas con nombres más pronunciables tenían más probabilidades de ser favorecidos para ascensos en la empresa y para cargos políticos.
Además, los candidatos políticos con nombres más fácilmente pronunciables tenían más posibilidades de ganar unas elecciones, según un estudio de simulación de votación.
Por otro lado, abogados con nombres más pronunciables accedieron más rápidamente a mejores puestos en sus bufetes, según se desprende de un estudio de campo de 500 nombres y apellidos de abogados estadounidenses.
Los responsables del estudio aclararon que la cuestión no se centra en lo largo que pueda ser un nombre o de si suena a extranjero o inusual, sino, simplemente, en su facilidad o no de pronunciación.
También aseguraron que la gente no es consciente de los "sutiles" efectos que pueden tener los nombres en sus decisiones o actos cotidianos. En este sentido, los investigadores destacaron que los resultados arrojados por el estudio tienen importantes implicaciones en asuntos como gestión de prejuicios o discriminación en la sociedad.
La investigación se realizó tanto en condiciones de laboratorio como en entornos naturales, y se usaron nombres anglosajones, asiáticos y de Europa occidental y del Este.