Los niños que son alimentados con fórmula lloran menos y sonríen más. Esa es la conclusión de un estudio realizado por la Universidad de Cambridge a 316 madres con bebés de tres meses.
Los expertos se dieron cuenta de que los niños que son alimentados sólo con leche materna y los que toman leche materna y fórmula, tienen un comportamiento más desafiante que los que se alimentan exclusivamente con fórmula.
En la revista científica PLoS ONE, los autores escribieron: "Los niños amamantados mostraban más grados de estrés, eran menos sonrientes, risueños y buenos para vocalizar, además se demoraban más en calmarse".
La mayor tranquilidad de los alimentados con mamila se debería a que comen más, por lo que se sienten satisfechos. Sin embargo, los expertos agregaron que amamantar sigue siendo lo más recomendado hasta los 6 meses, ya que, entre otros beneficios, refuerza el apego y ayuda a mantener un buen peso.
Noticia publicada en El Siglo de Durango (México)