Dicha hormona es llamada irisin es estimulada durante el ejercicio y actúa sobre las células blancas del tejido adiposo, indicaron los investigadores de la Universidad de Harvard y el Instituto de Cáncer Dana-Farber de Boston, en Estados Unidos.
Por medio de un experimento con ratones, los científicos descubrieron que cuando aumenta el nivel de esta hormona en la sangre, hay un incremento en el gasto de energía, sin importar que se modifique la cantidad de ejercicio o la dieta de los roedores.
De acuerdo con el doctor en Biología Celular, Bruce Spiegelman, los ratones no sólo resistieron la llegada de la obesidad y la diabetes, sino aumentaron su esperanza de vida.
El especialista considera que la hormona irisin podría ser utilizada de forma inyectable para tratar problemas metabólicos.
En el experimento, los ratones que hicieron ejercicio en una rueda durante tres semanas aumentaron la concentración de la hormona en la sangre hasta un 65 por ciento.
Lo interesante es que los científicos advirtieron los mismos efectos en músculos humanos, antes y después de someterse a unos días de entrenamiento físico, en donde se obtuvieron cifras que duplicaron la concentración de irisin respecto a los sujetos de estudio que no hicieron ejercicio.
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