Los habitantes de la localidad canadiense de Tofino recogen cada día en la playa una cincuentena de objetos con etiquetas japonesas. Nunca antes habían visto tantos escombros provinientes de Asia.
Según los expertos, ahora está llegando el material menos pesado, pero está en camino -a través del océano Pacífico- lo más pesado. Marineros rusos ya han observado en medio del mar una gran montaña de material flotante (incluido un barco de pesca de Fukushima) a casi 3.000 kilómetros al este de Hawai. La masa total se estima que cubriría un área el doble de grande de Texas.
Los científicos han estimado que los restos de viviendas, barcos, coches y demás material que arrastró el pasado 11 de marzo el tsunami de Japón (tras registrarse un seísmo de 9 grados en la escala Ritcher) llegarán a principios del 2013 a Hawai, antes antes de estrellarse contra la costa oeste de América del Norte.
El 11 de marzo del 2011, a las 14.46 horas, Japón se vio azotado por un terremoto de 9 en la escala sismológica, el terremoto de mayor magnitud de este país en 140 años. El epicentro del temblor fue en la costa este de Honsh, y provocó un violento tsunami con olas de 10 metros.
Se calcula que la catástrofe ha dejado más de 14.070 muertos, 23.100 desaparecidos y pérdidas económicas por más de 150.000 millones de euros.
Además, el tsunami provocó el desastre nuclear de la central de Fukushima-1, con grandes fugas radioactivas y cuyo desmantelamiento no se dará por acabado hasta dentro de 40 años.
Noticia publicada en Radio Polar (Chile)